El gobierno del joven canciller austríaco, Sebastian Kurz, cayó ayer por la inédita decisión del Parlamento de retirarle la confianza, lo que obliga a la formación de una administración interina previa a una elección de la que el funcionario destituido y su Partido Popular podrán participar con chances de victoria.
La votación parlamentaria, sin antecedentes en la historia moderna del país, se dio en medio de un escándalo de corrupción, conocido como “Ibizagate”, que afecta al ultranacionalista FPO y que provocó la ruptura de la coalición con el Partido Popular y el adelanto electoral.
El voto de “no confianza” se obtuvo con el apoyo de los socialdemócratas y del FPO, ex socio de la coalición gobernante, cuyo líder había sido obligado a renunciar a su puesto de número dos del gobierno por ese escándalo.
La caída se produjo después de que el Partido Popular (OVP) de Kurz triunfara en las elecciones al Parlamento Europeo del domingo con el 34,9% de los votos, lo cual hace pensar a los analistas que están vivas sus posibilidades de victoria en una próxima contienda electoral.
La coalición formada en diciembre de 2017 por Kurz con los ultranacionalistas saltó por los aires el pasado 19 de mayo por el polémico video grabado en Ibiza en verano de 2017.
En esas imágenes, reproducidas por dos publicaciones alemanas, se ve al entonces vicecanciller y ex jefe del FPO Heinz Christian Strache prometer favores políticos y contratos públicos a una supuesta millonaria rusa a cambio de donaciones ilegales para su partido.
En la votación llevada a cabo ayer 110 diputados lo hicieron a favor de destituir a Kurz y su gabinete de ministros, entre ellos cuatro expertos independientes que sustituyeron la semana pasada a cuatro ministros del FPO.
Sólo 71 parlamentarios, entre ellos 61 del OVP y 10 del opositor partido liberal Neos, votaron a favor de mantener al gobierno de expertos de Kurz hasta las elecciones adelantadas en septiembre. Dos diputados independientes se abstuvieron.
ESCÁNDALO
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