Tras cinco meses de movilización, miles de los chalecos amarillos salieron a las calles en el vigésimo tercer sábado consecutivo de protestas, dando lugar a escaramuzas y enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y los manifestantes, que se saldaron con más de 180 detenciones.
La policía cargó en varias ocasiones contra los manifestantes con granadas de dispersión y gases lacrimógenos en un gran bulevar del centro de la capital, entre las plazas de la Bastilla y de la República de la capital.
Miles de manifestantes marcharon desde el Ministerio de Economía francés hasta la plaza de la República, con una escala en la Bastilla. Su objetivo fue llegar a las cercanías de Notre Dame y a su lugar simbólico, la avenida de los Campos Elíseos, dos lugares prohibidos y absolutamente cercados por la policía. Por eso el cortejo abandonó su trayecto oficial y se desplazó por las rutas paralelas.
Hubo fuerte tensión con las fuerzas del orden. Los manifestantes incendiaron un auto, basureros y barricadas en los alrededores de la Bastilla. Los Black Blocs no dejaron a los bomberos controlar los incendios, que se iniciaron en el boulevard Richard Lenoir y luego se multiplicaron a lo largo del cortejo y sus alrededores.
La prefectura de la policía llamó a los chalecos amarillos “a separarse de los grupos violentos”, que ya saqueaban, rompían vidrieras y quemaban automóviles y basureros. La tensión creció especialmente en la Place de la Republique, donde las fuerzas policiales intentaron dispersar a los violentos con gases lacrimógenos.
En las cercanías de la Plaza comenzaron los primeros disturbios, con barricadas incendiadas y basureros verdes prendidos fuego, con un humo negro que ascendía al cielo. En la rue du Faubourg du Temple, un edificio en construcción fue saqueado y sus barreras incendiadas. También rompieron las vidrieras de una boutique de deportes y en otros comercios.
Las compañías de seguro exigen a las empresas que bloqueen sus vidrieras con maderas si quieren ser reembolsados. El problema es que los casseurs no respetan esos códigos. Rompen las protecciones a martillazos y los saquean.
La policía actuó reactivamente, en pequeños grupos y a gran velocidad sobre el terreno. Una nueva táctica que les da mejores resultados después de los incendios y destrucción en marzo en los Campos Eliseos.
PROTESTA DE LOS CHALECOS AMARILLOS
Incidentes, enfrentamientos con la Policía y 180 detenidos en París
Los manifestantes incendiaron un auto, basureros y barricadas en los alrededores de la Bastilla.
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