Las noticias que dejó el paso del ciclón Idai en Zimbabwe, Mozambique y Malaui la semana pasada son un relato de devastación pura: con casi 2 millones de personas afectadas, la mitad, chicos. Pero el milagro de la vida llegó cuando acechaba la muerte.
Una joven zimbabuense dio a luz a su hijo mientras se refugiaba subida a un árbol de las inundaciones que arrasaron el país con el paso del ciclón Idai que dejó cerca de 700 muertos y 770.000 damnificados directos en los tres países.
Eran las diez de la noche del 15 de marzo cuando Tariro Guvakuva y su esposo escucharon un “ruido enorme de montaña” cerca de su casa, en Chimanimani, en el este del país y uno de los distritos más afectados por las inundaciones y los deslizamientos de tierra que sepultaron a docenas de personas. Al menos 259 personas fueron halladas muertas entre este distrito y el de Chipinge.
“Vimos cómo el agua destruía el jardín y la casa. Nos subimos a una roca, pero la roca se volvió inestable y tuvimos que subir la montaña”, la madre continuaba su relato a la televisión nacional ZBC. Tras haber andado parte de la pendiente y ya subidos en la rama de un árbol para evitar ser arrastrados por el lodo y las aguas del temporal, empezó el parto. “Di a luz a mi bebé con la ayuda de mi esposo”, explicaba la Guvakuva desde el hospital Chipinge.
Su hijo se llama Anesu, que quiere decir “Dios está con nosotros” en idioma shona.

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