¡El que tenga bolas, agarre un fusil!", arengaba un hombre a la cabeza de una caravana de partidarios chavistas, muchos armados, que ayer prometieron defender a sangre y fuego el nuevo mandato de Nicolás Maduro.
Los llamados "colectivos" hicieron una defensa simbólica de Maduro, con retratos del mandatario y de su fallecido antecesor Hugo Chávez, frente a la sede del Parlamento, cuya mayoría opositora declaró "ilegítimo y usurpador" al gobernante el pasado sábado.
Autos, motocicletas y camiones, algunos con hombres encapuchados y armados, cruzaron enormes barriadas de Caracas para respaldar a Maduro de cara a su juramentación, prevista para el jueves ante el Tribunal Supremo de Justicia.
"Todo aquel que tenga bolas, fusil en mano, debe dar la cara. Somos cuerpos combatientes, formados militarmente, armados para este peo (conflicto). Sin miedo", dijo Jorge Navas, jefe de una de las agrupaciones, en un discurso frente al Cuartel de la Montaña, donde está la tumba de Chávez, fallecido en 2013.
"Acá vamos revolucionarios, no delincuentes", se defendió Navas -vestido de negro con un brazalete tricolor- durante la ruta entre los emblemáticos barrios populares 23 de Enero y Catia.
Los vehículos avanzaron en medio de arengas, música y fuegos artificiales.
Los colectivos son grupos civiles asentados en comunidades pobres, donde aseguran desarrollar actividades productivas, aunque la oposición los denuncia como paramilitares del gobierno.
El sábado pasado, en el inicio de la legislatura, el nuevo presidente del Parlamento, Juan Guaidó, declaró a Maduro como "usurpador" una vez inicie su segundo período (2019-2025) y se comprometió a generar condiciones para un "gobierno de transición" que llame a elecciones.
Un día antes, el Grupo de Lima, con respaldo de Estados Unidos, había pedido al presidente venezolano abstenerse de tomar posesión y transferir el poder al Parlamento hasta que se realicen "elecciones democráticas".
"Negociar nunca"
"¡Hasta la victoria siempre!", clamó Valentín Santana, líder de un poderoso colectivo en el 23 de Enero, tras dirigir la juramentación simbólica.
Solicitado por las autoridades por homicidio y otros delitos, pero a quien se le ve en actos públicos con ministros, el hombre advirtió a los oponentes del mandatario que "la Revolución Bolivariana no se negocia".
"Los colectivos no vamos a negociar nunca", insistió Santana, quien se movilizaba en un camión con pintas de camuflaje a bordo del cual viajaban encapuchados fuertemente armados.
Sin embaro, ayer, el número dos del oficialismo, Diosdado Cabello, descartó que la investidura de Maduro vaya a desatar la violencia.
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