Tensa pulseada entre los manifestantes y la policía en el centro de París.
PROTESTAS EN FRANCIA

Los chalecos amarillos volvieron a las calles pese a los anuncios de Macron

Los manifestantes reclaman por el elevado costo de vida y piden la renuncia del Presidente.

Miles de manifestantes arropados con chalecos amarillos salieron ayer sábado a las calles de París, por quinto sábado consecutivo, para protestar contra el elevado costo de la vida y exigir la renuncia del presidente, Emmanuel Macron, pese a que el mandatario anunció la suspensión de parte de sus polémicas reformas esta semana.
Una vez más, la célebre avenida de los Campos Elíseos vivió momentos de tensión entre manifestantes y fuerzas de seguridad, que emplearon gases lacrimógenos para dispersar a un grupo que intentó forzar una barrera policial.
De momento, 95 personas fueron arrestadas, de las cuales 63 permanecen detenidas, según informó la jefatura de Policía de París. Una cifra en baja con respecto a las 598 detenciones -475 de ellas bajo custodia- realizadas al mismo momento el pasado sábado. 
Un hecho que se explica por una menor convocatoria en las calles parisinas, donde salieron alrededor de 2.200 manifestantes, frente a los 10.000 de la semana pasada. 

Fuerte dispositivo de seguridad
Para ello, el gobierno volvió a desplegar un fuerte dispositivo de seguridad en la capital, con 8.000 policías movilizados, 14 vehículos blindados y la reintroducción de unidades de choque en motocicleta, que habían sido prohibidas en 1986 tras la muerte de un manifestante. En total, 69.000 miembros de las fuerzas de seguridad fueron movilizados para contener a cerca de 33.500 personas que protestaron en todo el país. 
Una de las imágenes de la jornada fue protagonizada por un grupo de mujeres que posaron semidesnudas vestidas de Marianne -uno de los símbolos de la República francesa- frente a los agentes desplegados en los Campos Elíseos.
Mientras que la otra imagen fuerte tuvo lugar frente a la ópera Garnier, en el centro de la ciudad. Allí, cientos de manifestantes se arrodillaron y cruzaron las manos detrás de la cabeza, en alusión a la detención masiva de estudiantes que protestaron contra las reformas educativas y bloquearon sus centros de enseñanza.