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CHALECOS AMARILLOS

Macron hizo anuncios, pero siguen las protestas

Hubo piquetes y manifestaciones en Francia. También marcharon los estudiantes. La izquierda prepara una moción de censura.

Emmanuel Macron rompió el silencio el lunes a la noche, anunció baja de impuestos y suba de salarios, hizo un mea culpa y buscó así desactivar las violentas protestas de los Chalecos Amarillos. Pero no pudo. Este martes, las manifestaciones y los piquetes continuaron a lo largo y ancho de Francia atizados bajo la noción de que las concesiones del presidente no son suficientes para calmar la furia y la sensación de injusticia social.
Algunos manifestantes llamaron a protestar en París este sábado después de tres semanas de violentos choques en la capital francesa y otras ciudades del país, empujando a Macron a su peor crisis de gobierno.
Las protestas de los Chalecos Amarillos o gilet jaunes (en alusión a las prendas fluorescentes que deben llevar en los autos los conductores en Francia) comenzaron el 17 de noviembre como una reacción espontánea en contra de una suba en el precio de los combustibles, en el marco de políticas ecológicas del gobierno. Pero terminaron convirtiéndose en manifestaciones contra lo que se cree son las políticas pro-empresariales de Macron, con excepciones impositivas a los más ricos y haciendo la vida más difícil a la clase trabajadora de bajos recursos.

Moción de censura
Este martes, los partidos de izquierda en el Parlamento francés anunciaron que presentarán una moción de censura contra el gobierno por su gestión de la crisis de los Chalecos Amarillos y para hacer escuchar sus propias propuestas.
Fuentes del grupo socialista en la Asamblea Nacional confirmaron a EFE que la moción busca “hacer oír” su voz y sus “propuestas concretas”.
Las formaciones de izquierda en el Parlamento anunciaron el pasado jueves su intención de presentarla el lunes, pero decidieron esperar al discurso del presidente.
La moción tiene el respaldo de La Francia Insumisa (izquierda radical) y del Partido Comunista, aunque desean que otros grupos se sumen a su iniciativa en la Asamblea Nacional, donde los diputados deberán votarla al menos 48 horas después de su presentación.
El secretario nacional del Partido Comunista, Fabien Roussel, indicó en la cadena “BFM TV” que han decidido mantenerla porque Macron no fue lo suficientemente lejos y su plan “dividirá a los franceses”, al considerar que “unos van a tener que pagar por otros”.
Su proposición tiene escasas opciones de prosperar debido a la cómoda mayoría absoluta de la que dispone en esa cámara el partido gubernamental, La República En Marcha (Lrem), pero según señaló el jueves el primer secretario del Partido Socialista, Olivier Faure, se lanza para demostrar que “otra vía es posible”.

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