Rusia encarceló ucranianos y recrudece el conflicto militar
Un tribunal de Crimea determinó que permanezcan detenidos durante dos meses, 12 de los 24 soldados arrestados. El caso genera preocupación en la Otan.
Un tribunal ruso en Crimea ordenó ayer la prisión preventiva para 12 de los 24 marineros ucranianos detenidos el domingo pasado, durante una disputa que protagonizó la Marina rusa y un grupo de barcos militares ucrananianos, cerca del Mar Negro y que desató una nueva escalada que ya preocupa a la Otan.
En tanto, como había prometido al presidente ucraniano Petro Poroshenko, la canciller alemana Angela Merkel comenzó hoy a mediar entre Kiev y Moscú con una llamada al mandatario ruso, Vladimir Putin.
En la conversación, Putin aprovechó para lanzar una advertencia a sus vecinos: “Los dirigentes ucranianos tienen toda la responsabilidad por crear una nueva situación de conflicto y por los riesgos que ello conlleva”, informó la agencia de noticias EFE.
El domingo pasado autoridades rusas acusaron a tres barcos ucranianos, dos militares, de violar sus aguas territoriales cerca del estrecho de Kerch que conecta el Mar negro con el Mar de Azov y se encuentra al este de la península de Crimea, la región ucraniana que Rusia se anexó hace cuatro años pese al rechazo de Kiev y de la mayoría de la comunidad internacional.
El incidente escaló cuando las autoridades ucranianas denunciaron que fuerzas rusas dispararon contra uno de sus barcos, lo dañaron y detuvieron a 24 de sus tripulantes.
La tensión entre Ucrania y Rusia se mantiene inalterable desde que en febrero de 2014 un movimiento popular, apoyado por la Unión Europea y Estados Unidos, se levantó contra el entonces gobierno pro ruso de Viktor Yanukovich y, tras semanas de masiva represión, logró derrocarlo.
El Gobierno de Yanukovich fue reemplazado por otro pro occidental con una declarada posición anti Moscú.
Poco después, unos milicianos separatistas se levantaron contra el gobierno local de la península ucraniana de Crimea, una región estratégica que comunica el Mar Negro con el Mar de Azov y donde Rusia mantenía desde la época soviética su mayor base naval.
Rápidamente miles de hombres sin insignias pero con evidente disciplina militar desembarcaron en Crimea y apoyaron a los separatistas, que tras un rápido referéndum aprobaron una anexión rusa.
En medio de esta nueva escalada, Putin le advirtió a Merkel que le preocupa la aprobación de un “estado de guerra” ayer en la mayoría de Ucrania, incluidas las dos provincias que tras la anexión de Crimea se levantaron en armas contra el gobierno nacional de Kiev y hoy se mantienen en un conflicto congelado.
“La imposición del estado de excepción en varias regiones potencialmente conlleva la amenaza de una escalada en regiones de conflicto”, había advertido poco antes el vocero del gobierno de Putin, Dmitri Peskov, según EFE.
El clima de beligerancia crece hora a hora en ambos países.
Ayer el presidente de la Duma o Cámara de Diputados rusa, Viacheslav Volodin, pidió un “severo castigo” para los marineros ucranianos y celebró la decisión de la corte rusa en Crimea de ordenar la detención preventiva bajo el artículo 322 del Código Penal ruso, que alude a la premeditada violación de la frontera por parte de un grupo de personas con el uso de la violencia o la amenaza de usarla.
Aunque la nueva escalada entre los dos países vecinos no está en la agenda de la cumbre del G20 que se realizará este viernes y sábado en Buenos Aires, Peskov no descartó que Putin lo mencione en alguna o varias de las reuniones bilaterales que tendrá en el país.