La joven kurda iraní Zeinab Sekaanvand, de 24 años, fue ejecutada este miércoles por las autoridades de su país como culpable del asesinato de su esposo en 2012, cuando tenía 17 años y tras meses de soportar malos tratos, informó ayer Amnistía Internacional (AI).
La vida de Zeinab no fue fácil. Con quince años se fugó de su casa para casarse con un muchacho cuatro años mayor que ella y no tardaría mucho en sufrir las primeras palizas de su marido, que denunció en reiteradas ocasiones ante la policía, que no quiso abrir ninguna investigación.
Zeinab procedía de una familia pobre de la que escapó para casarse pensando que tendría un vida mejor. Inmediatamente después, comenzaron los malos tratos por parte de su marido, que se negó de manera tajante a concederle el divorcio, que ella le pidió. A esto se suma las reiteradas violaciones de su cuñado. La joven tampoco tenía la posibilidad de volver con su familia, que la repudió tras huir para casarse.
Sekaanvand fue ejecutada el martes en la prisión central de Urmía, provincia de Azerbaiyán occidental, después de “confesar” en febrero de 2012 haber apuñalado a su marido, Hosein Sarmadi, para defenderse de sus continuos “abusos físicos y verbales”.
La mujer fue condenada a muerte dos años después, pese a no tener abogado hasta el inicio del juicio y las diversas dudas sobre su “confesión”.
Amnistía Internacional califica la muerte de Sekaanvand como una noticia “horrible” y asegura que esta fue víctima de un “juicio injusto”. En un comunicado, el director de Investigación y Trabajo de Incidencia de Amnistía Internacional para Oriente Medio y el Norte de Africa, Philip Luther, sostiene que lo sucedido es una “demostración repugnante del desprecio de las autoridades iraníes por los principios de la Justicia juvenil y de los derechos humanos”.
ENCARCELADA EN 2012
COMENTARIOS