Florence, el huracán más intenso en amenazar a la región en casi tres décadas, presentaba vientos de 220 kilómetros por hora y se espera que gane aún más fuerza antes de tocar tierra el jueves, posiblemente en el sureste de Carolina del Norte cerca de la frontera con Carolina del Sur, dijo el Centro Nacional de Huracanes (CNH) de Estados Unidos.
“Estamos en el ojo de la tormenta”, dijo el gobernador de Carolina del Norte, Roy Cooper.
Está previsto que Florence se transforme en un “huracán de importancia extremadamente peligroso” hacia el jueves por la noche, de acuerdo al último reporte del CNH.
El gobernador de Virginia, Ralph Northam, emitió una orden de evacuación para unos 245.000 residentes en zonas costeras bajo riesgo de inundaciones y el gobernador de Carolina del Sur, Henry McMaster, ordenó a más de 1 millón de habitantes del litoral del estado que abandonaran sus hogares a partir del mediodía del martes.
Al menos otras 250.000 personas serán evacuadas del norte de Outer Banks en Carolina del Norte el martes, después de que más de 50.000 recibieran la orden de salir de las áreas de Hatteras y Ocracoke, en el extremo sur de las islas situadas frente al estado.
Carolina del Norte, Carolina del Sur, Virginia y Maryland declararon estados de emergencia. Las autoridades han advertido que pueden producirse marejadas potencialmente fatales y que Florence podría descargar lluvias torrenciales por periodos prolongados, lo que causaría inundaciones, especialmente si permanece en tierra por varios días.

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