Se trata de “fake news”. Así, el gobierno de Nicolás Maduro negó que haya una crisis humanitaria por la migración que desborda a Latinoamérica y llevó a Brasil a desplazar tropas a la frontera.
El tema de los venezolanos que emigran “ha sido usado de manera bárbara, criminal y xenófoba por gobiernos xenófobos y racistas”, aseveró ayer el ministro de Comunicación, Jorge Rodríguez, al calificar de “fake news” (noticia falsa) toda la información que habla de una “crisis humanitaria” y atribuirla a una “campaña de la derecha” para desestabilizar al gobierno chavista.
Prometiendo que un plan económico puesto en vigor el 20 de agosto salvará al país, Maduro invitó a los venezolanos a dejar el “esclavismo” y regresar al país.
“Dejen de lavar pocetas (retretes) en el exterior y vengan a vivir la patria”, dijo Maduro el martes en su primera declaración sobre el tema en estas semanas en que el éxodo se disparó.
En la mayor crisis migratoria latinoamericana en décadas, miles de venezolanos han huido a Colombia, Ecuador, Perú, Brasil, Chile y Argentina, ante la falta de comida y medicamentos, una hiperinflación que el FMI proyecta en 1.000.000% para 2018 y sueldos equivalentes a 30 dólares.
Frente a la oleada, el presidente de Brasil, Michel Temer, ordenó el envío de fuerzas armadas al estado de Roraima, en la frontera, dos semanas después de una explosión de violencia de pobladores contra refugiados venezolanos.
Temer anunció ayer que adoptará medidas para regular el flujo de inmigrantes, lo que podría recluir cuotas de ingreso, sin cerrar la frontera.
Huir como sea
En micro o a pie, familias enteras salen hacia la vecina Colombia.
Unos se quedan y otros siguen rumbo al sur. Muchos fueron alojados en refugios, algunos acampan en baldíos y parques o viven de donaciones.
Salí “buscando una mejor vida para mis hijos y mi familia porque allá un sueldo no alcanza para nada”, dijo Jackson Durán (22), quien llegó a Quito tras una travesía de 20 días.
Más de un millón de venezolanos han ingresado a Colombia en el último año y medio, más de 400.000 a Perú y unos 300.000 a Chile. En Ecuador este año entraron 600.000 y unos 100.000 viven en Argentina.
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