La moneda turca volvió a caer este lunes a pesar del paquete de medidas anunciado por el gobierno de Ankara para mantener a flote la moneda, que viene de tocar un mínimo histórico de 7,91 liras por euro.
La caída de la moneda, que golpeó este lunes a las Bolsas en Europa y Asia, puso en alerta a la Comisión Europea por el “potencial” efecto que tendría en las bancos de la UE.
“Estamos al tanto del potencial impacto en bancos europeos de la evolución de la lira turca”, declaró Christian Spahr, vocero del Ejecutivo comunitario.
La banca española fue castigada este lunes arrastrada por el Bbva, que perdía a media sesión más de un 4 % por su exposición a Turquía, donde tiene una parte de su negocio.
El euro llegó a cambiarse por 7,59 liras esta mañana, poco después de que el Banco Central turco anunciase medidas para garantizar la liquidez y frenar la devaluación de la moneda nacional, concretamente la inyección de 6.000 millones de dólares en el sistema financiero del país.
Pero tras esa leve recuperación, la lira retomó la senda bajista aunque sin llegar a un nuevo mínimo.
En opinión de los analistas, el desplome de la lira, que ha perdido un 25 % solo desde inicios del mes (y cerca del 40 % en lo que va del año), se debe en parte a las tensiones diplomáticas con Estados Unidos. Washington exige a Ankara la liberación del clérigo protestante Andrew Brunson, detenido en Turquía desde hace dos años bajo acusaciones de terrorismo.
El pasado viernes, el gobierno de Donald Trump anunció que duplicará los aranceles al acero y aluminio de Turquía, hasta el 50% y 20 %, respectivamente, alegando la depreciación de la lira, pero en el contexto de las tensiones por el caso de Brunson.
Las sanciones norteamericanas empujaron aún más abajo a la lira, en el marco de una economía maltrecha con una inflación ascendiente y mala gestión económica por parte del gobierno de Recep Tayyip Erdogan.
Ahora se teme que la crisis económica turca se extienda al resto de los mercados emergentes. La suba en las tasas de interés en Estados Unidos y Europa hicieron que los inversores sean menos tolerantes con los mercados emergentes.
Los inversores extranjeros pusieron dinero en bienes turcos durante años, atraídos por lo que parecía ser una economía estable y altos rendimientos.
Pero la suba de tasas se convirtió en un lugar más seguro para poner el dinero, en detrimento de las plazas emergentes. Una sola crisis como la de Turquía alcanzaría para que todos los inversores huyan espantados.
BANCOS EN ALERTA
Turquía: la lira sigue cayendo y ya temen un efecto contagio
En un escenario de tensión con los Estados Unidos, la moneda turca cayó más del 10% y tocó mínimos históricos. Una crisis que podría espantar a los inversores extranjeros.
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