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INTERNACIONAL

Claves de un valioso gesto

Corea del Norte sigue un calendario de gestos para mantener el status quo del vínculo con Washington y Seúl, pero evitando avances en lo que supuestamente era el propósito de la cumbre de junio entre el presidente Donald Trump y el dictador Kim Jong-un.
Ese encuentro finalizó con las seguridades del mandatario norteamericano de que el peligro de Corea del Norte había sido neutralizado y su canciller Mike Pompeo sosteniendo que el régimen feudal comunista estaba listo para desnuclearizarse a niveles permanentes y verificables.
Lo primero se produjo, no lo segundo. Kim, respaldado hasta en los pequeños detalles por la potencia china, salvo la destrucción de laboratorios o sitios de ensayo de relativa o nula importancia no ha dado pistas de un desarme de ese nivel del arsenal nuclear con el cual su país ha hecho una media docena de ensayos. Tampoco respecto de los misiles intercontinentales que ha venido desarrollando, incluso con datos de que los ha mejorado en los últimos meses. EE. UU. confirmó que esos proyectiles pueden alcanzar su territorio y cuentan con capacidad de llevar ojivas nucleares, aunque se desconoce si la tecnología de Norcorea permite la minituarización del explosivo.
La relación con Estados Unidos ha exhibido idas y vueltas. El último tropiezo fue después de una nueva visita relámpago que realizó Pompeo a Pyongyang. Fue despedido con cajas destempladas por el régimen acusando a Washington de salirse del protocolo de los acuerdos. La reacción pareció responder, en verdad, a la irritación de China por la guerra comercial que le lanzó EE. UU. Un dato del vínculo entre la dictadura norcoreana y el gigante asiático.
Corea del Norte, y China por cierto, plantean que desnuclearización se traduce en la reducción de la amenaza militar en toda la península coreana y su entorno. Para Beijing es central la reducción de la importancia militar de Estados Unidos en su patio trasero y toda la estrategia del Imperio del Centro ha sido aprovechar la necesidad de notoriedad del mandatario norteamericano para cumplir con ese objetivo estratégico.
La entrega de los restos de los soldados es un gesto que permite a Trump exhibir su influencia sobre el pequeño reino comunista.
Kim lo hizo en una ceremonia cargada de respeto, facilitándole la narrativa al presidente norteamericano que garantiza de este modo uno de sus anuncios más espectaculares después de la cumbre respecto a la suspensión de los ejercicios militares en el mar y en el aire.

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