En el día en que Nelson Mandela hubiera cumplido 100 años, Sudáfrica y la comunidad internacional rindieron homenaje a la memoria del ex mandatario, el principal ícono de la lucha contra la segregación racial en el país africano.
En su país natal, un gran acto oficial en la región donde nació —la provincia del Cabo Oriental— reunió al presidente del país, Cyril Ramaphosa, a antiguos jefes de Estado y a compañeros de militancia del partido con el que Mandela llegó a la presidencia, el Congreso Nacional Africano, para celebrar el legado de este luchador infatigable. “Sacrificó su carrera como abogado, sacrificó su libertad. Incluso cuando se enfrentaba a la perspectiva de la pena de muerte, desafiante se reafirmó en la superioridad moral de los ideales de libertad, justicia e igualdad”, recordó Ramaphosa sobre el que fuera el primer presidente negro y democrático del país (1994-1999).
Mientras, en Johannesburgo, su viuda y tercera esposa, Graça Machel, encabezó una marcha simbólica del “largo camino hacia la libertad” de Mandela escoltada por personalidades como el ex secretario general de la ONU Kofi Annan o el magnate británico Richard Branson.
Cada año, el Mandela Day, que marca el nacimiento del ex mandatario el 18 de julio de 1918, se celebra en todo el mundo. “Actúen, inspírense en el cambio, hagan de cada día un Día Mandela”, exhorta la fundación que lleva su nombre.
Pero al margen de los actos de alto perfil, miles de sudafricanos anónimos han participado en las campañas de donación de alimentos y mantas, conciertos, eventos deportivos y conferencias que han acaecido por todo el país con la solidaridad como valor transversal.
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