La escasa asistencia a los colegios electorales de Venezuela marcaron ayer la jornada electoral en ese país, en unos comicios presidenciales en los que el actual mandatario, Nicolás Maduro, era el favorito absoluto entre críticas de fraude de la oposición y la negativa de la comunidad internacional a reconocer sus resultados.
Ante la inhabilitación de sus principales líderes y partidos, las dudas sobre el proceso y sobre el Consejo Nacional Electoral (CNE), al que acusa de partidista, la oposición tradicional decidió no presentar candidato y llamar al boicot.
Estados Unidos, Canadá, la Unión Europea y diversos países de América Latina, entre ellos Argentina, se han alineado con esa postura y amenazan con no reconocer el resultado e imponer más sanciones al gobierno de Maduro, cuyo triunfo dan por hecho.
El candidato a la presidencia de Venezuela Henri Falcón, segundo favorito en los sondeos de opinión a gran distancia de Maduro, ha denunciado más de 350 irregularidades por parte del oficialismo en los colegios electorales después de votar en un centro del estado Lara.
A Falcón le podría perjudicar la presencia de un tercer candidato, el pastor evangélico Javier Bertucci, representante en Venezuela del auge de estas iglesias en varios países de América Latina.
Los venezolanos respondieron con un ensordecedor silencio al llamado del régimen de Maduro de pronunciarse a través del voto, con millones rehusándose a participar en los comicios.
Recorridos realizados durante el día por las agencias de noticias y reporteros de la prensa independiente mostraron centros de votación totalmente vacíos en las principales ciudades del país, mientras que encuestas de boca de urna realizadas por firmas privadas también dejaban en claro la magnitud con que el proceso estaba siendo rechazado.
Según una de ellas, sólo unos 3.59 millones de venezolanos acudieron a los centros de votación, proporción que solo representa el 17.32 por ciento de los cerca de 20.5 millones de electores inscritos en el registro electoral.
Al cierre de esta edición, el chavista Consejo Nacional Electoral (CNE) no había anunciado sus resultados de la votación, pero la comunidad internacional y dirigentes de la oposición vienen desde hace meses vaticinando que Maduro trataría de ejecutar a través del proceso uno de los mayores fraudes electorales en la historia del país.
Los números que manejaba el Frente Amplio después de la votación apuntaban a que la participación no alcanzó el 30 por ciento.
El régimen, a través del vicepresidente de Información Jorge Rodríguez, había informado inicialmente que unos 2.5 millones de electores ya habían acudido a los centros de votación para las 10 de la mañana.
Pero el número lucía como una burda exageración en vista del escaso movimiento que mostraban los centros de votación. Una encuesta de boca de urna mostraba que incluso para la 1 de la tarde ese total no había sido alcanzado, con el número de electores sumando solo 2.2 millones, o 10.70 por ciento de los 19.5 millones de registrados. Esos números son muestra de una gigantesca abstención. En elecciones presidenciales pasadas, la participación ya sumaba cerca del 40 por ciento del registro electoral a la 1 p.m., proporción que luego repuntaba en la tarde para terminar en niveles de entre el 60 y el 80 por ciento.
VENEZUELA
Maduro logra su reelección con escasa asistencia de votantes
El presidente venezolano se encaminaba a lograr la reelección en una pelea en la que no estuvieron los principales partidos de la oposición, quienes afirmaron que votó menos del 30% de la población.
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