Al menos una persona murió y varias permanecían desaparecidas ayer luego del incendio y derrumbe de un edificio abandonado en el centro de San Pablo, que era ocupado de forma irregular por decenas de familias.
Unos 200 bomberos trabajaban intensamente para controlar el fuego que se inició en la madrugada, a la 1.20, en el quinto piso de una antigua instalación de la Policía Federal sobre el Largo do Paissandú, cerca de la Plaza de la República, el Teatro Municipal de San Pablo y la Galería do Rock. Las llamas se expandieron rápidamente para los niveles superiores y también para los edificios lindantes, uno de ellos la centenaria Iglesia Evangélica Luterana de San Pablo, que quedó semidestruida. Aunque el incendio ya había sido controlado, bomberos, policías y personal de Defensa Civil trabajaban con perros entre los escombros en busca de posibles sobrevivientes.
“La experiencia señala que no es fácil encontrar alguien con vida”, dijo el vocero del Cuerpo de Bomberos, Marcos Palumbo, quien informó que al menos un hombre murió cuando estaba por ser rescatado y la estructura del edificio de 24 pisos se derrumbó a las 2.30.
Toda la zona fue cerrada al tránsito. Hubo correrías mientras los residentes de otros edificios eran evacuados y los propietarios de negocios cercanos intentaban salvar sus mercaderías.
Según las autoridades y vecinos, el edificio que se derrumbó estaba abandonado desde hacía varios años pero era ocupado irregularmente por un centenar de personas; la mayoría fue rescatada.
“Estaba durmiendo y mi marido me despertó gritando '¡Fuego! ¡Fuego! ¡Fuego!'. Agarré a mi hijo y salimos corriendo. No conseguí salvar los documentos de él, solo tengo los míos. Ahora estamos acá en la calle, sin nada. No tenemos condiciones para vivir en otro lugar”, comentó una mujer identificada como Crivalda, que habitaba el edificio que se desplomó.
“Tragedia anunciada"
Presente en el lugar estaba el gobernador del estado de San Pablo, Marcio França, quien calificó el hecho de “tragedia anunciada” por las condiciones en las que era ocupado el inmueble.
“Ellos van tirando basura por el foso del ascensor que se va acumulando y crea una combustión automática. Un poco de fuego y eso se vuelve una tragedia”, señaló França, quien apuntó que las autoridades de la ciudad están en constante pelea judicial con ocupantes ilegales de predios abandonados.
Según otro ex habitante del edificio siniestrado que sólo quiso identificarse como Antonio, en el sitio había muchos cables de conexiones eléctricas expuestas, colchones y basura, además de rajaduras en las paredes. “Era todo muy precario. La gente se metía con la red eléctrica sin entender mucho”, relató.
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