Luego de extensas deliberaciones, el propio partido gobernante de Sudáfrica, el Congreso Nacional Africano (ANC por sus siglas en inglés), exigió ayer formalmente la dimisión del presidente Jacob Zuma, salpicado por numerosas causas de corrupción.
Zuma, de 75 años, aceptó renunciar, pero sólo en los próximos tres a seis meses, agregó un informante ligado al partido de gobierno que lo emplazó a que abandone el poder en las próximas 48 horas.
Sobre Zuma, que está en el poder desde 2009, pesan numerosas acusaciones de corrupción, pero resistió a la creciente presión para renunciar desde diciembre, cuando Cyril Ramaphosa lo reemplazó como líder del Congreso Nacional Africano.
Ace Magashule, el secretario general del ANC, dijo a los periodistas que el Comité Ejecutivo Nacional del partido decidió que la dimisión debe ser “tratada con urgencia”.
“Es obvio que queremos que el camarada Ramaphosa entre como presidente de Sudáfrica”, agregó.
A pesar de que Magashule les dijo a los reporteros que “la decisión ahora es definitiva”, reveló que Zuma replicó que “no creía que el comité ejecutivo tuviera el derecho” de tomar tal decisión, por lo que todo indicaba que intentará resistir las presiones.
Se espera que el presidente responda oficialmente hoy a la decisión del órgano ejecutivo del partido, aunque no le dieron formalmente un plazo.
La presidencia de Zuma se vio ensombrecida por denuncias de corrupción que siempre negó. En 2016, el tribunal supremo de Sudáfrica dictaminó que Zuma había violado la Constitución.

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