
El auto enviado al espacio llegó a la órbita de Marte e irá más allá
Cuando el multimillonario Elon Musk fundó la empresa aeroespacial SpaceX, en 2002, avisó que lo único que quería era un futuro en el que él sea quien envíe las misiones a Marte. En esa odisea, este martes vivió el momento más importante de su carrera espacial: lanzó el súper cohete Falcon Heavy, el más poderoso del mundo y puso por primera vez un auto en el espacio.
Aunque más tarde reconocería que hubo fallas, el propio Musk calificó a la misión como “exitosa”.
“El lanzamiento parece haber ido tan bien como lo esperado, con la excepción del núcleo central, que no aterrizó en el barco teledirigido, donde se esperaba. Estamos viendo el problema”, explicó en una conferencia telefónica con periodistas especializados.
El Falcon Heavy despegó desde el Centro Kennedy de la Nasa en Cabo Cañaveral (Florida, EE. UU.) a las 15.30 hora de Buenos Aires. Pero perdió uno de sus tres núcleos durante el reingreso y aterrizaje en la atmósfera de la Tierra.
Tiene 70 metros de alto y la capacidad de transportar más de 66 toneladas, lo que permitiría, además, llevar carga útil al espacio. Lo útil, en este caso, fue el Tesla rojo.