El secretario de Estado estadounidense, Rex Tillerson, dijo ayer que quisiera ver una transición pacífica y la restitución de la democracia en Venezuela así como la realización de elecciones libres, abiertas y verosímiles.
Sus declaraciones durante una visita a Ciudad de México, donde se reunió con sus pares de Canadá y México, suavizaron el planteamiento que hizo el día previo sobre la posibilidad de que militares venezolanos decidan derrocar al presidente Nicolás Maduro.
El Gobierno venezolano fustigó a Tillerson calificando sus palabras como “deplorables”, “indignantes” e “infames” y denunciando que en su gira por algunos países latinoamericanos lo que busca es persuadir a las autoridades para una intervención en Venezuela.
Poco después del enojo hecho público en Caracas por el ministro de la Defensa de Venezuela, Tillerson fue consultado al respecto en México y evitó hablar de su planteamiento previo. Más bien aseguró que si Maduro cumple ciertas condiciones podría, incluso, permanecer en el poder.
“Compartimos nuestra preocupación por la crisis humanitaria que se vive en Venezuela. Hacemos un pedido al Gobierno de Maduro para llevar a cabo una elección democrática, abierta y verosímil para que el pueblo tenga voz respecto de su destino”, dijo Tillerson, en la primera parada de su gira que lo llevará también a Argentina, Perú, Colombia y Jamaica.
“Lo que nos gustaría respecto de Venezuela es una transición pacífica. Si el presidente Maduro restaurara la Constitución, si desmantelara a la Asamblea Constituyente, y realizara elecciones legítimas, podría permanecer en el poder si ganara las elecciones”, explicó. “Lo que deseamos es que se restaure el orden democrático en Venezuela”, agregó.
Venezuela sufre una hiperinflación, según organismos internacionales; una fuerte recesión económica y escasez de bienes de primera necesidad que ha obligado a decenas de miles a emigrar del país.
En medio de la crisis, la oposición está negociando con el gobierno garantías para unas elecciones presidenciales este año y otras exigencias como la liberación de “presos políticos” y el ingreso de ayuda humanitaria.
Por su parte, el canciller mexicano, Luis Videgaray, dijo en una conferencia de prensa conjunta con Tillerson y la canciller canadiense, Chrystia Freeland, que su país no apoya ningún tipo de violencia para resolver la crisis en Venezuela.
“México, en ningún caso, respaldaría ninguna opción que implique el uso de la violencia, interna o externa, para la solución del caso de Venezuela”, dijo Videgaray. Agregó que a pesar de que su país se retiró como garante del diálogo entre el Gobierno y la oposición venezolana, no “permanece indiferente”.
Renegociación
Asimismo, los tres ministros hablaron sobre el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (Tlcan), cuya renegociación está en curso a pesar de las amenazas del presidente estadounidense Donald Trump de abandonar el acuerdo.
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