El Papa envía a Chile un investigador por las denuncias de abusos.
El viaje a Chile y Perú a mediados de enero dejó un sabor agridulce en el Vaticano. La etapa chilena, a priori poco exigente diplomáticamente, quedó empañada por las acusaciones de encubrimiento de abusos contra el obispo chileno Juan Barros, a quien el Pontífice defendió y permitió asistir en primera fila a todos sus actos. Ante las quejas de las víctimas y al ser interrogado por un periodista, Francisco exigió “pruebas” a los denunciantes. Hasta el momento, dijo, solo había "calumnias".
La respuesta fue muy criticada, especialmente desde una insólita carta del cardenal estadounidense Sean O’Malley, encargado de la comisión del Vaticano que trata de erradicar los abusos a menores. En el vuelo de vuelta, Francisco pidió perdón a las víctimas por haber usado la palabra “pruebas”, pero la sustituyó por “evidencias” e insistió en la inocencia de Barros. Este martes, sin embargo, la Santa Sede modificó su posición y anunció que enviará a un investigador para “escuchar a quienes han manifestado la voluntad de dar a conocer elementos que poseen”.
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