El presidente estadounidense Donald Trump participó el viernes de la manifestación que se hace cada año en Washington en contra del derecho al aborto en el país. Es la primera vez que un primer mandatario da un discurso durante una de estas protestas.
En su alocución criticó la decisión de la Corte Suprema de 1973 ante el caso Roe versus Wade -que habilitó el derecho a la interrupción voluntaria del embarazo en el país-, y prometió que defendería el que es el primer derecho consagrado en la Declaración de Independencia: el derecho a la vida.
“El fallo Roe versus Wade ha resultado en una de las leyes de aborto más permisivas del mundo”, dijo Trump ante miles de personas reunidas en el National Mall. “Está mal, tiene que cambiar”, afirmó también sobre los abortos tardíos habilitados en algunos estados.
Donald Trump es el primer Presidente en hablar en la marcha que se celebra hace 45 años, a través de una pantalla en vivo vía Skype. El año pasado, apenas una semana después de asumir el cargo, había participado del evento el vicepresidente Mike Pence.
Durante su discurso de este año, Pence -quien es un conocido activista por esta causa con fuertes lazos con los conservadores- dijo que Trump “ha hecho una diferencia en favor de la vida” durante su primer año de mandato y que “es el Presidente más pro-vida de la historia de los Estados Unidos”.
Mientras tanto, el gobierno develó el viernes una serie de normas con las que busca proteger a entidades médicas que se nieguen a practicar abortos por motivos religiosos, una posibilidad conocida como “objeción de conciencia”.
El Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos (HHS por sus siglas en inglés) delineó la normativa a seguir para proteger a toda entidad que se niegue a aplicar procedimientos, como el aborto, por motivos religiosos.
Además anuló una directriz aprobada bajo la presidencia de Barack Obama que le dificultaba a los estados negarles el programa asistencial Medicaid a entidades de planificación familiar como Planned Parenthood.
La nueva norma busca “garantizar que se cumplan leyes que hasta ahora no se han aplicado a cabalidad”, dijo Roger Severino, un abogado conservador que será director del nuevo departamento. “Estas normas son aspectos estándar cuando se trata de hacer cumplir leyes de protección de derechos civiles”.
Bajo esa ley, los hospitales, universidades, clínicas y otras entidades que reciben fondos de programas del departamento federal como Medicare y Medicaid tendrán que certificar que están obedeciendo unas 25 leyes federales de protección de conciencia y de religión. La mayoría de estas leyes se refieren a procedimientos como aborto, esterilización y suicidio asistido. Cualquier infracción podría acarrear la pérdida de fondos federales.
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