La 40ª edición del rally Dakar ingresó desde Perú a Bolivia, donde le aguardó un escenario de protestas sociales que hostigan al presidente Evo Morales, fuerte impulsor de la competencia, a causa de una conflictiva reforma del Código Penal.
Mientras la competición estaba en pleno desarrollo en tierra incaica, en Bolivia una agitación social confronta al mandatario izquierdista, en el poder desde 2006 y con la aspiración de postularse a un cuarto mandato.
En el momento en que el Dakar llegó desde Arequipa a La Paz, los estudiantes de la Universidad pública se manifestaron en las calles por la anulación de un resistido nuevo código penal. Además, la oriental Santa Cruz, la región más rica del país, está inmersa en una huelga cívica por el mismo motivo.
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