Los chilenos asistirán a las urnas hoy para elegir presidente entre el exmandatario derechista Sebastián Piñera o el oficialista Alejandro Guillier, en un clima de resultado incierto y que se presume, de escasa asistencia de votantes.
La mayor preocupación, sobre todo del oficialismo, fue incentivar el escuálido 46,6% de votantes que se registraron en la primera vuelta, con la esperanza de que una mayor afluencia a las urnas beneficie más al candidato oficialista, Alejandro Guillier que a su opositor Sebastián Piñera.
En Chile el voto no es obligatorio, por lo que el nivel de abstencionismo suele ser alto. Por esta razón, el Gobierno lanzó varias campañas invitando a los chilenos a acudir a las urnas, tanto por televisión, como a través de carteles luminosos y anuncios publicitarios en las calles de Santiago.
Esperanza oficialista
En la primera vuelta electoral, el 19 de noviembre, el candidato de Chile Vamos, Piñera, salió primero con cerca del 37% de los sufragios, seguido por Guillier, La Fuerza de la Mayoría, con el 22,7% y la centroizquierdista Beatriz Sánchez, del Frente Amplio (FA), con un sorprendente 20,27%. En la acumulación de estos dos porcentajes, avalados por el respaldo explícito del FA, se centran las esperanzas del oficialismo.
Sondeos conocidos tras la primera vuelta, marcaban un "empate técnico" entre ambos candidatos y cerca de un 20% de indecisos. Ante esta situación, ambos candidatos intensificaron sus campañas para el balotaje sumando nuevos apoyos, pero también subieron el tono de las acusaciones y las críticas cruzadas.
Guillier, que llega con 890.000 votos menos que Piñera, espera reunir el voto de todas las fuerzas de centro izquierda para poder superar la diferencia con su contendor. En primera vuelta, la izquierda se presentó fragmentada en seis candidaturas.
Por su parte, Piñera apeló al apoyo del excandidato pinochetista José Antonio Kast (que obtuvo un 7% de votos en primera vuelta) y del senador Manuel José Ossandón que tiene un gran respaldo popular en comunas claves-, con el fin de captar nuevos votos en bastiones desconocidos.
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