Diez días después de llegar a Bélgica huyendo de la Justicia española, el ex presidente catalán Carles Puigdemont y los cuatro miembros de su destituido gobierno que lo acompañan en la capital belga anunciaron la creación de una “estructura estable” que aseguran les servirá para “coordinar las acciones del gobierno legítimo”. Puigdemont sigue así con la ficción de que él es todavía el presidente legítimo de una supuesta república catalana.
En una “Carta desde Bélgica” publicada en tres diarios catalanes de tendencia nacionalista, Puigdemont asegura que prepara “una hoja de ruta” para que el independentismo gane las elecciones regionales del próximo 21 de diciembre.
Su estrategia política parece un castillo en el aire. El principal partido nacionalista, ERC, anunció que concursará a esas elecciones en solitario. Los nacionalistas de ultraizquierda de la CUP todavía no han decidido si se presentarán a unos comicios que consideran “ilegítimos e ilegales” por haber sido convocados por el gobierno español. Puigdemont y su entorno llevaban días presionando para que todo el nacionalismo se uniera en una sola plataforma liderada por el ex presidente, pero los movimientos de ERC y la CUP dejaron en solitario a su partido, el PDeCat, que en los sondeos ronda el 10%.
Esa “estructura estable” también debería servir, según la carta, para conseguir la liberación de los “presos políticos”, los políticos presos de forma preventiva para impedir su huida mientras avanza el proceso judicial que les acusa de rebelión, sedición, desobediencia a la autoridad, malversación de fondos públicos y prevaricación.
La carta no da detalles sobre esa “estructura estable”. Puigdemont vive en Bruselas en un domicilio que se mantiene en secreto, no tiene contactos políticos públicos de ningún tipo, no tiene personal más allá de tres eurodiputados nacionalistas catalanes, ni presupuesto, ni una oficina. Sí tiene ya una cuenta en la red social Twitter. El próximo viernes 17 de noviembre debe comparecer ante la Cámara del Consejo, el tribunal de primera instancia que decidirá si es entregado a las autoridades españolas. La decisión de ese tribunal puede recurrirse en otras dos instancias judiciales, por lo que, debido a los plazos jurídicos, el proceso podría alargarse hasta febrero.
La carta reconoce de alguna forma que los líderes secesionistas decepcionaron a sus más fieles seguidores: “La desorientación causada por nuestra falta de respuestas rápidas ante los ataques desmesurados contra los representantes y las instituciones legítimas catalanas”.
Dice en la carta que “cumplirá sus obligaciones como gobierno legítimo”, a pesar de que fue destituido cuando el Senado español aprobó la activación del artículo 155 de la Constitución, el que permite al gobierno de Madrid tomar el control de una comunidad autónoma.
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CATALUÑA
Puigdemont anunció que creará una “estructura estable” de su gobierno
Con esa instancia orgánica en Bélgica, el ex mandatario busca “coordinar las acciones” de su legítima administración en el exilio.
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