Estrechando el cerco al grupo Estado Islámico (EI) a ambos lados de la frontera, Irak y Siria quieren acabar de una vez con los yihadistas, pero es probable que resurjan en otro lugar, advierten los expertos.
Sin dar detalles, fuentes militares dan cuenta de una cooperación entre el ejército sirio e iraquí para arrebatar al EI su último reducto en una zona desértica del valle del Éufrates a caballo de los dos países.
El general iraquí Yahya Rasul, portavoz del Mando Conjunto de las operaciones, afirma que existe una "cooperación con el ejército sirio" y una fuente militar siria menciona la existencia de "una sala de operaciones que reúne a sirios, rusos, iraquíes e iraníes en Bagdad".
El objetivo es el mismo: deshacerse de los yihadistas que perdieron buena parte del territorio conquistado en 2014.
Según Michael Knights, investigador del Instituto de Washington para la Política de Oriente Próximo, Siria e Irak "atacan al mismo enemigo" y a la vista de las rápidas victorias en Tal Afar y Hawija en Irak, la recuperación de la zona fronteriza del lado iraquí podría llevar tan sólo "dos semanas".
Al final de la batalla, Irak habrá puesto punto final a más de tres años de ocupación de casi un tercio de su territorio. Siria también podría expulsar rápidamente a los yihadistas del EI de la provincia de Deir Ezzor, limítrofe con Irak y en la que controlan el 35%.
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