El independentista Carles Puigdemont, destituido como presidente catalán por el gobierno español, llamó ayer sábado a oponerse democráticamente a la intervención de la región desde Madrid tras la declaración de independencia formulada por el parlamento catalán.
"Nuestra voluntad es continuar trabajando para cumplir los mandatos democráticos y al mismo tiempo buscar la máxima estabilidad y tranquilidad", dijo el líder independentista, que no parece reconocer el cese promulgado el viernes por el ejecutivo español de Mariano Rajoy.
Para él, el cese de su gobierno y la disolución del parlamento para convocar elecciones decretados por Madrid "son decisiones contrarias a la voluntad expresada por los ciudadanos de nuestro país en las urnas".
Y en una críptica frase, pidió a los catalanes defender la república proclamada el día antes por los partidos independentistas que dominan el parlamento regional. "La etapa en que hemos entrado tenemos que continuar defendiéndola con un incansable sentido cívico y compromiso pacífico", dijo.
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