EE.UU.

Lulu, la perrita de la CIA que se quedó sin trabajo

Lulu, una labradora negra, era la gran promesa de la más reciente adquisición de cachorros del programa de entrenamiento canino de la Central de Inteligencia.
Pero, según la CIA, unas semanas después empezó a mostrar signos de que ya no estaba interesada en “detectar el olor a explosivos”.
Los entrenadores intentaron determinar qué estaba afectando a la perra, ya que los cachorros pueden atravesar períodos de desconcentración durante su entrenamiento.
“Puede haber un millón de razones por las cuales un perro tiene un mal día, y los entrenadores se convierten en psicólogos caninos para averiguar qué puede ayudar a los animales para salir del problema”, relata la CIA.
A veces, agrega, “el cachorro está aburrido y necesita más tiempo de juego o más desafíos, a veces el perro necesita un recreo, y a veces es una cuestión médica menor como alergia a una comida que requiere cambiar de ‘golosina’ como premio”.
Después de unos días, “el entrenador logra que el perro supere la cuestión y vuelva a trabajar contento y feliz en su entrenamiento”. Sin embargo, Lulu no lograba superar su desinterés y la CIA decidió ponerla “patitas en la calle”.
La agencia explicó que para algunos perros como Lulu, “está claro que el tema no es temporal. En cambio, se trata de que el trabajo no es para ellos. Lulu ya no estaba interesada en buscar explosivos”.
“Aun cuando se la podía motivar con algún alimento o juego para que buscara, claramente no estaba disfrutando de la actividad”.
Afortunadamente para Lulu, su entrenador decidió adoptarla y llevársela a casa, donde vive con su nueva familia y un “hermano”, otro labrador llamado Harry.
Pasa el día olfateando, pero otras cosas como conejos y ardillas en el jardín.