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Carles Puigdemont, presidente del gobierno catalán, quedó acorralado entre dos fuegos.
CRISIS EN ESPAÑA

Puigdemont está entre dos fuegos

Mientras sus aliados le piden que declare de inmediato la independencia catalana, Madrid y la Unión Europea quieren que la región abandone totalmente los planes secesionistas.

El presidente de Cataluña, Carles Puigdemont, afronta presiones crecientes del sector más intransigente del movimiento separatista para que declare de una vez por todas la independencia de la región española. Por el otro lado, Madrid y la Unión Europea quieren que la región abandone totalmente los planes secesionistas.
La vicepresidenta del gobierno español, Soraya Sáenz de Santamaría, acusó al presidente catalán Carles Puigdemont de crear una incertidumbre económica tal que podría generar una recesión. 
El gobierno central ha dado a Puigdemont hasta mañana lunes para que aclare si de verdad declaró la independencia en su discurso y hasta el 19 de octubre para acatar la ley, bajo pena de quitarle a la región sus poderes autónomos, de forma total o parcial.
Según Madrid, basta que Puigdemont pronuncie una de dos palabras. “Es un sí o no”, dijo la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría a la prensa luego de la reunión semanal de gabinete. Añadió que “está en manos de Puigdemont” evitar las medidas extraordinarias de suspender total o parcialmente la autonomía catalana.
 En tanto, dos aliados clave de Puigdemont le pidieron que ignorara las amenazas de España y proclamara la república. España considera el referéndum ilegal e inconstitucional y afirma que sus resultados no son válidos.
Por su parte, el ministro español de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, aseguró que la crisis catalana “no saldrá gratis” desde el punto de vista económico. 

Idas y vueltas
Cumplidos cuatro días de "independencia en suspenso", las presiones acorralan al frágil gobierno de Carles Puigdemont, el hombre que declaró la república catalana y, apenas segundos después, paralizó sus efectos para abrir una negociación que hoy no parece clara.
El presidente en apuros mantenía contactos ayer sábado con su resquebrajada alianza para intentar elaborar una respuesta al gobierno español.El  primer plazo vence el lunes y, al parecer, no se le hace fácil responder qué es lo que hizo el martes pasado. Esto es: si declaró o no la independencia de la próspera región sobre la que gobierna.
Mientras, el cerco se cierra sobre el sueño independentista. Sobre todo, desde la Unión Europea (UE), a la que tanto mira Puigdemont en busca del salvavidas de una mediación.
Una vez más, se le dijo que ni lo sueñe. "Si Cataluña se independiza, otros harían lo mismo y no quiero una Europa de 98 Estados", dijo el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, en un fuerte alegato en contra del proceso independentista.
Juncker reiteró su apoyo al presidente del gobierno español, Mariano Rajoy , e insistió en que la crisis con Cataluña "es un asunto interno de España". Por tanto, la "única" vía en que la UE podría intervenir como mediadora sería por efecto de un pedido expreso de Madrid.

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