El gobierno catalán calificó ayer de “enorme irresponsabilidad” el discurso del rey Felipe VI, quien acusó a los independentistas de haber “quebrantado” el orden constitucional, mientras el parlamento catalán fijó para el próximo lunes la sesión plenaria en la que se podría aprobar la declaración unilateral de independencia.
La irrupción del monarca en el conflicto catalán no apaciguó los ánimos en Cataluña sino que hizo temer lo peor, al reafirmar la idea de que la mayor crisis política e institucional que atraviesa España en 40 años de democracia no se resolverá a través del diálogo.
En medio de una gran incertidumbre, el clima de tensión en Cataluña sigue escalando y el presidente catalán Carles Puigdemont acusó anoche al rey de España de ignorar “deliberadamente a millones de catalanes” independentistas en su discurso solemne pronunciado la víspera.
“Así no, usted ha decepcionado a muchos catalanes”, le dijo Carles Puigdemont al rey de España. “Gente que esperaba de usted una apelación al diálogo y a la concordia”, se lamentó el presidente de Cataluña en su mensaje público, 24 horas después del de Felipe VI. “El Rey ignora deliberadamente a los millones de catalanes que no piensan como el Gobierno”, sentenció.
“No podemos compartir ni aceptar el mensaje del rey”, aseguró, considerando que ignoró a “los millones de catalanes que no pensamos como él” y a las víctimas.
“Somos un pueblo unido, que siempre procura hacer las cosas con civismo y paz”, afirmó. “Ayer se manifestaron personas con banderas de España y esteladas compartiendo el rechazo a la violencia y a las cargas injustificables de la Policía”, dijo. En su discurso, Puigdemont reiteró su disposición a “emprender un proceso de mediación” para abordar el conflicto catalán y ha dado por hecho que “en los próximos días” las instituciones catalanas tendrán que “aplicar el resultado del referéndum” del 1 de octubre.
TENSIÓN
Cataluña declara el lunes su independencia de España
La irrupción del monarca en el conflicto no apaciguó los ánimos, sino que reafirmó que la crisis política e institucional que atraviesa España no se resolverá a través del diálogo.
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