Mientras en Bali el monte Agung sigue siendo una amenaza para cientos de miles de personas con su “inminente” erupción, otro volcán obligó ayer el desalojo forzoso de una isla entera en el Pacífico.
Se trata de la isla de Ambae, que fue evacuada tras la entrada en erupción del volcán Manaro.
Toda la población de la isla, unos 11.000 hombres, mujeres y niños, serán trasladados en barco a las islas vecinas, en una acción que se prevé dure hasta la tarde del domingo.
La erupción del volcán de casi 1.500 metros de altura comenzó hace unos días y desde el fin de semana escupe fuego y cenizas a gran escala, además de lanzar piedras.
Lilian Gare, residente en la isla, dijo que se veía “humo saliendo de las colinas” y se oían sonidos atronadores del volcán.
El ejército neozelandés sobrevoló el volcán el martes y dijo que del cráter salían enormes columnas de humo, ceniza y rocas volcánicas.
Las autoridades temen que la situación empeore y decretaron el estado de excepción en la isla de 400 kilómetros cuadrados que pertenece a Vanuatu.
El Manaro entró en erupción por última vez en 2005, cuando 5.000 personas abandonaron sus casas. Entonces tardaron tres meses en poder regresar todos.
El Estado insular de Vanuatu, con más de 80 islas, se sitúa en el cinturón del fuego del Pacífico, donde confluyen varias placas tectónicas.
Vanuatu tiene unos 280.000 habitantes y es propensa a los desastres naturales, con media docena de volcanes activos, así como ciclones habituales y terremotos.
La Cruz Roja de Vanuatu está haciendo entregas de agua y equipamiento para acampar en la isla de Ambae, indicó Dickinson Tevi, portavoz de la organización.
“La gente está bastante asustada con el ruido que se oye”, dijo. “Están muy inquietos y asustados”.
ERUPCIÓN
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