Apenas tres días después de las elecciones germanas y al día siguiente del discurso europeo del presidente francés Emmanuel Macron, la Comisión Europea anunció este martes nuevos planes en materia migratoria. Bruselas quiere acelerar la deportación de migrantes sin papeles y de quienes llegaron a Europa pidiendo asilo, pero vieron su solicitud rechazada.
La iniciativa europea va a facilitar las deportaciones y acelerarlas (ahora se hacen efectivas menos del 40% de las órdenes de expulsión que se emiten, en parte, porque algunos países africanos no aceptan la repatriación de sus nacionales). Bruselas pretende solucionar ese problema firmando más acuerdos con países del Africa subsahariana a cambio de más dinero que iría, oficialmente, a ayudar a la reintegración de esas personas en sus países.
Bruselas anima a los países miembros a acelerar las deportaciones y ofrece para ello los servicios de la reforzada Agencia Europea de Guardafronteras y Guardacostas, heredera de la antigua Frontex.
La Comisión Europea propone a los países del bloque acoger a 50.000 solicitantes de asilo directamente desde el norte de Africa u Oriente Medio. El último plan similar, que debía servir para que llegaran a Europa 120.000 personas en dos años, se cerró la semana pasada con un rotundo fracaso: apenas llegaron 29.000 y varios países del bloque, como Polonia y Hungría, no acogieron a nadie.
Los 50.000 son apenas una gota en el océano migratorio. Según el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados, a mediados de septiembre había en Libia y los países africanos que llevan hacia la costa del Mediterráneo al menos 277.000 refugiados. Según los datos que maneja Naciones Unidas, en lo que va del año, 135.000 personas consiguieron cruzar el Mediterráneo y más de 2.600 murieron en el intento.
CRISIS MIGRATORIA
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