La Iglesia llegó tarde “para cobrar conciencia de la gravedad del problema” de los abusos sexuales por parte de miembros del clero. Tarde para “asumir sus responsabilidades”, reconoció este jueves el Papa Francisco al abordar el gravísimo problema de la pederastia en las estructuras católicas. Jorge Bergoglio habló ante los miembros de la Comisión Pontificia para la Tutela de los Menores, que iniciaron una plenaria que continuará hasta el domingo.
Los culpables nunca obtendrán la gracia del Papa Francisco. “Simplemente porque la persona que hace esto, sea un hombre o una mujer, está enferma. La pederastia es una enfermedad. (El culpable) hoy se arrepiente, sigue adelante, lo perdonamos y después recae”.
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Francisco anunció cambios e indicaciones. “Quien es condenado por abusos sexuales contra menores puede dirigirse al Papa para obtener la gracia, que yo nunca he firmado y nunca la firmaré. Espero que esto quede claro”.
El Papa argentino explicó la línea dura de tolerancia cero que ha decidido adoptar, después de muchos años de errores, coberturas, lagunas de gestión, por parte de las diócesis y tribunales eclesiásticos en la lucha contra la plaga de la pederastia. “Tal vez la antigua práctica de transferir a la gente adormeció un poco las conciencias. Y cuando la conciencia llega tarde, también los medios para resolver el problema llegan tarde”.
Bergoglio elogió el trabajo de “uno de los profetas” que “ha suscitado el Señor” y que demuestra que “no todo está perdido”. Es el arzobispo de Boston, el cardenal Sean O'Mailey, presidente de la Comisión pontificia “que está trabajando duramente y contracorriente, para hacer que el problema salga a la superficie y verlo a la cara”.
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Este trabajo en realidad es de “toda la santa sede” y no sólo de la Comisión para la Tutela de Menores. Comenzando por la Congregación de la Doctrina de la Fe, el dicasterio vaticano que se ocupa de afrontar estos casos. “Por el momento creo que resolver el problema de los abusos debe estar bajo la competencia de esa congregación. Esta es una cosa práctica”.
“En este momento el problema es grave”, advirtió el pontífice. “No sólo es grave el problema, sino también que algunos no hayan cobrado conciencia del problema. Por eso creo que es bueno que permanezca en la Doctrina de la Fe para que todos en la Iglesia cobren conciencia”, añadió el obispo de Roma.
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