Cecilia Sanviti tiene 41 años y hace 15 que vive en México junto a su marido y sus hijos de 11 y 4 años. El pasado jueves, cerca de la medianoche, sintió el temblor que dejaría un saldo de 58 muertos, devastadas a las ciudades de Oaxaca y Chiapas y que sería considerado el más cruento en cien años. Cecilia contó su testimonio a Democracia y aseguró que están listos para ser evacuados en caso de réplicas.
“El temblor empezó a las 23.50 del jueves, yo estaba en mi casa, sola con mis hijos, mi esposo estaba de viaje”, cuenta Cecilia y agrega “acá, en la ciudad de México, hay un sistema de alarma sísmica que suena como una sirena y anuncia ‘alarma sísmica’, yo lo escucho siempre pero justamente anoche me acosté con auriculares y no lo oí pero sí sentí que se movía el piso de mi casa”.
Cecilia se levantó de la cama inmediatamente, levantó a sus hijos y salió a la calle. “La más grande puede caminar, tiene 11 años, el chiquito tiene 4 así que lo cargué, bajé las escaleras y salí a una calle interna que tiene el condominio donde vivo”. Allí Cecilia se encontró con todos los vecinos y estuvieron, aproximadamente, media hora. “En principio en Twitter se decía que había sido de 8.1, muy fuerte, se sintió espantoso, las paredes y el piso se hacen como un chicle, se mueven todas, realmente es una sensación muy difícil de describir. Cuando bajás por las escaleras sentís que vas a apoyar el pie en un peldaño y se te va porque se mueve todo”.
“El callejón en el que nos refugiamos está protegido de los árboles, del mismo edificio, de los cables de luz y luego decidimos subir porque estábamos esperando una réplica que gracias a Dios no hubo” continúa Cecilia. De las víctimas fatales, 45 murieron en Oaxaca, 10 en Chiapas y 3 en Tabasco, según informó el coordinador nacional de Protección Civil, Luis Felipe Puente. En tanto, el presidente Enrique Peña Nieto informó que hubo, además, más de 200 heridos.
“Los medios no se ponen de acuerdo para comunicar exactamente cuánto duró el temblor, pero aproximadamente fueron tres minutos”, indica Cecilia y cuenta a Democracia que “los mexicanos se comportan increíble, están muy acostumbrados, al momento de evacuar edificios lo hacen decididos, no se ponen nerviosos, todos te ayudan, te reciben, son responsables de la situación, respetuosos, al momento de bajar las escaleras lo hacen con cuidado para no obstaculizar el descenso de los otros.”
“Después del sismo de 1985, que alcanzó una magnitud de 8.1, la ciudad está muchísimo mejor preparada, hasta la gente está más organizada para poder salir adelante en momentos de crisis”, indica Cecilia. Por estas horas, continúa el alerta por réplicas y piden a los mexicanos que se mantengan atentos. “Tengo una mochila preparada en la puerta de mi casa con abrigo para mis hijos, agua, leche, documentos, pilas, batería, dinero, y en caso de tener que evacuar me llevo a mis hijos, a mi perra y mi mochila”, finaliza Cecilia con calma.
EN PRIMERA PERSONA
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