Estados Unidos ordenó que algunos de sus aviones más avanzados volaran el jueves en simulacros de bombardeos con su aliado Corea del Sur, en una clara advertencia a Corea del Norte después de que Pyongyang lanzara días atrás por encima de Japón un misil de mediano alcance diseñado para llevar bombas nucleares, informaron las fuerzas armadas estadounidenses y surcoreanas.
“Los ejércitos del aire surcoreano y estadounidense efectuaron un ejercicio de prohibición del espacio aéreo destinado a enfrentar de forma implacable los disparos repetidos de misiles balísticos por parte de Corea del Norte y el desarrollo de sus armas nucleares”, declaró el ejército del aire surcoreano en un comunicado.
Dos bombarderos B-1B del territorio estadounidense de la isla de Guam, en el Pacífico, y dos cazas furtivos F-35B de los marines de la base de Iwakuni, en Japón, participaron en el ejercicio, junto con cuatro cazas surcoreanos. El entrenamiento incluyó armamento de guerra en un campo militar en el este surcoreano, donde se simularon ataques de precisión a “instalaciones centrales” de Corea del Norte, informaron el comando del Pacífico estadounidense y el Ministerio de Defensa surcoreano. Las maniobras se llevaron a cabo en la provincia de Gangwon, a 150 km al sur de la zona desmilitarizada (DMZ), fronteriza entre las dos Coreas.
Los vuelos de B-1B sobre la península desatan la ira de Pyongyang, que los mencionó cuando anunció su proyecto de disparar cuatro misiles cerca de Guam.
La amenaza del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de lanzar “el fuego y la ira” contra Pyongyang, y el disparo del misil norcoreano que sobrevoló el norte de Japón han provocado una nueva escalada de tensión en la región.
Corea del Norte, que acusa a Washington de amenazarlo al hacer alarde de su arsenal nuclear, dice que el B-1B de largo alcance es un “bombardero estratégico nuclear”, aunque no están provistos de armamento nuclear. Se da por sentado que Pyongyang reaccionará enérgicamente.
Los despliegues de poderío militar generan el riesgo de que la situación empeore a medida que cada bando trata de demostrar que no se dejará intimidar.
Corea del Norte ha dicho claramente que su programa armamentista, que requiere ensayos constantes para su perfeccionamiento, es la única manera de enfrentar la hostilidad de Washington, en alusión a la gran presencia militar estadounidense en Corea del Sur, Japón y el Pacífico.
Por su parte, al realizar los ejercicios con Seúl, Washington busca demostrar que no permite cuestionamientos a su supremacía en la región. Los ensayos, los vuelos y los tres ejércitos que se observan furiosos por encima de la frontera más militarizada del mundo generan la posibilidad de que un error de cálculo provoque enfrentamientos reales.
El comando estadounidense del Pacífico dijo que los ejercicios fueron una respuesta directa al lanzamiento reciente de un misil norcoreano. A lo largo de 10 horas, los bombarderos y cazas estadounidenses, junto con dos F-15 japoneses, sobrevolaron las aguas cerca de Kyushu, Japón.
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