Cinco días después de haber tocado tierra en Texas en forma de huracán, Harvey llegó ayer como tormenta tropical a Luisiana, un estado que aún no se recuperó completamente de los daños ocasionados por Katrina en 2005.
Tocó tierra en el Oeste de la localidad de Cameron, indicó el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos , con “lluvias torrenciales” que inundaron zonas del sureste de Texas y del suroeste del vecino estado de Luisiana.
La tormenta regresó a tierra unos 8 kilómetros (5 millas) al Oeste de Cameron con vientos sostenidos máximos de 72 kilómetros por hora (45 millas por hora).
Se espera que Harvey deje fuertes precipitaciones en la zona antes de seguir hacia Arkansas, Tennessee y partes de Missouri, que también podrían sufrir inundaciones. Aún hay muchos residentes en varios estados que “que van a sentir el impacto de la tormenta”, advirtieron los especialistas.
El Servicio Nacional de Meteorología emitió avisos por inundaciones repentinas en partes del sureste de Texas, incluyendo Beaumont y Port Arthur, donde la situación es extrema. Mientras, se espera que las viviendas se llenen con las crecidas y los residentes no tienen claro cómo desalojar la ciudad.
El servicio de emergencias 911 de la ciudad recibió multitud de llamadas, que se están derivando a otras agencias.
Sin embargo, y tras cinco días de lluvias torrenciales, la última previsión meteorológica contempla alrededor de 2,5 centímetros de lluvia y la posibilidad de que salga el sol en la zona de Houston. Pero los peligros siguen lejos de acabar.
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