En Corpus Christi, la ciudad más cercana al ojo del huracán cuando todavía tenía categoría 4, el viento azotó las palmeras y las ráfagas de lluvia, que caía casi en horizontal, golpearon hoteles y edificios de oficinas junto al paseo marítimo. Los barcos se mecieron con violencia en el puerto deportivo.
Con la llegada de la luz matutina fue posible constatar que el viento derribó postes de lámparas, ramas y tejas de edificios.
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