China anunció nuevas restricciones drásticas contra las inversiones de las empresas chinas en el extranjero, principalmente en los sectores hotelero, de clubes deportivos, cines, inmobiliaria y entretenimiento.
Tras haber impulsado durante mucho tiempo las compras efectuadas por sus firmas a nivel internacional, Pekín cambió el tono bruscamente a finales de 2016, advirtiendo contra las compras "irracionales".
"Las inversiones en el extranjero que no se hagan conforme a la diplomacia china del desarrollo pacífico, a la cooperación mutuamente benéfica y a la regulación macroeconómica, serán objeto de restricciones", indicó el viernes el Gobierno chino en una directiva, alegando querer "prevenir riesgos".
Además, las empresas chinas no podrán invertir en países o en regiones en guerra, o en aquellos que no tengan relaciones diplomáticas con China, según la misma fuente.
La directiva también prohíbe las inversiones que puedan ir contra los intereses y la seguridad del país, como la producción de material y de tecnologías militares "no autorizados", los juegos de azar y la pornografía, precisa el texto.
La directiva llega después del anuncio del lunes de que el empresario chino Gao Jisheng entró en el capital del club de fútbol de Southampton, de la primera división inglesa. Según la prensa británica, la familia Gao adquirió el 80% de las partes por unos 200 millones de libras (220 millones de euros).
Numerosos clubes europeos han atraído en los últimos tres años al capital chino: en España (Atlético de Madrid, Espanyol), en Inglaterra (Aston Villa, West Bromwich, Manchester City), en Francia (Sochaux, Auxerre) o en Italia (Inter Milan, AC Milan).
Varios grandes grupos chinos han comprado en los últimos años grupos insignia occidentales como Club Med (Fosun), partes del Deutsche Bank y de los hoteles Hilton (HNA) o el Waldorf Astoria de Nueva York (Anbang).
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