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ESCÁNDALO

“Mentira abominable”, la defensa del fiscal de EE. UU. ante el Rusiagate

El fiscal general del gobierno de Donald Trump negó haber participado de una operación con Moscú para perjudicar a Hillary Clinton en la campaña presidencial. También contradijo al ex jefe del FBI, enfrentado con el mandatario.

El fiscal general de Estados Unidos, Jeff Sessions, negó ayer rotundamente haber mantenido encuentros con funcionarios rusos para influir en el resultado de las elecciones presidenciales de noviembre de 2016, que llevaron a Donald Trump a la Casa Blanca.
“Nunca me reuní ni tuve ninguna conversación con ningún funcionario ruso o con ningún funcionario de ningún gobierno extranjero para influir en las elecciones de Estados Unidos”, aseguró Sessions al comparecer ante la Comisión de Inteligencia del Senado que investiga la presunta injerencia rusa en las últimas elecciones.
El fiscal general, que fue un asesor cercano de Trump durante la campaña electoral, sostuvo que “cualquier sugerencia” en ese sentido “es una mentira abominable y detestable”.
Además, contradijo los dichos del ex director del FBI, James Comey, quien la semana pasada lo mencionó en una audiencia ante la misma comisión.
Comey relató que en su primer encuentro privado con Trump, el mandatario lo había presionado para retroceder en la investigación sobre el Rusiagate y que, al salir del Despacho Oval, le suplicó a Sessions que nunca vuelva a dejarlo a solas con el presidente.
Comey dijo que Sessions no le respondió.
Sin embargo, el fiscal explicó que probablemente Comey “no lo recuerda”, pero él respondió a su comentario aceptando que “el FBI y el Departamento de Justicia debían tener cuidado de seguir la política del departamento con respecto a los contactos apropiados con la Casa Blanca”. 
En una encendida defensa de sí mismo ante sus ex compañeros, el ex senador por Alabama rechazó las acusaciones de haber mentido en su audiencia de confirmación ante la Cámara Alta, al ser consultado sobre sus lazos con los rusos.
“Mi respuesta fue justa y correcta frente a las acusaciones tal como las entendía”, argumentó el astuto fiscal, que en su audiencia de confirmación ante el Senado, en febrero pasado, evitó mencionar sus encuentros con el embajador ruso en Washington, Serguei Kislyak, porque los había mantenido en su calidad de asesor del candidato y no como funcionario del gobierno.
Además, aseguró que se excusó de participar en la investigación sobre el Rusiagate “no por haber cometido una mala conducta durante la campaña, sino por las regulaciones del Departamento de Justicia”.
Sin embargo, el paso al costado de Sessions llegó días después de que la prensa revelara sus encuentros con Kislyak.

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