El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, recibió ayer a su par turco y aliado dentro de la Otan, Recep Tayyip Erdogan, en medio de sonrisas y promesas de fortalecer su alianza contra el grupo armado Estado Islámico (EI) en Siria e Irak, pero su invitado no esquivó la tensión que domina la relación bilateral y advirtió que “nunca” aceptará la alianza de Washington con las milicias sirio-kurdas.
“Hoy enfrentamos un nuevo enemigo en la lucha contra el terrorismo, y otra vez buscamos afrontar juntos esta amenaza (...) El pueblo turco ha sufrido terribles ataques terroristas en los últimos años e incluso recientemente”, aseguró Trump, quien se comprometió a continuar apoyando la lucha armada turca contra el EI y el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), la principal guerrilla independentista dentro de Turquía y aliada de las milicias kurdo-sirias Unidades de Protección Popular (YPG) que pelean en el país vecino.
Desde hace años, Estados Unidos apoya con recursos y bombardeos aéreos a las milicias sirio-kurdas YPG en su lucha contra los islamistas del EI.
WASHINGTON
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