Corea del Sur celebró ayer el último día de campaña de unas elecciones presidenciales marcadas por el caso de corrupción que forzó la destitución y detención de la conservadora Park Geun-hye y la tensión regional provocada por las pruebas misilísticas norcoreanas y la presencia militar de Estados Unidos.
Las elecciones de este martes fueron convocadas de urgencia, luego de que el Tribunal Constitucional confirmara en marzo la destitución de Park y provocara un vacío de poder que conmocionó a la cuarta economía de Asia.
En ese contexto, el liberal Moon Jae-in, que encabeza la intención de voto, participó ayer de un acto en Busan (segunda ciudad del país y lugar clave al ser considerado un fortín de los conservadores), antes de realizar paradas en las ciudades de Daegu y Cheongju (centro) y poner punto final a su campaña en Seúl.
El candidato del Partido Democrático (PD) lidera las últimas encuestas (realizadas el pasado miércoles, puesto que la ley electoral no permite sondeos en los últimos cinco días de campaña) con una intención de voto del 42,4 por ciento.
Le siguen el centrista Ahn Cheol-soo, del Partido Popular, y el conservador Hong Joon-pyo, del Partido de la Libertad (el de la ex presidenta Park), que se sitúan más de 20 puntos por detrás, empatando con un 18,6 por ciento de apoyo.
Según muchos analistas, Moon ha ampliado su brecha con Ahn, que llegó a estar casi empatado al inicio de campaña, debido a que el centrista, tradicionalmente más inclinado a la izquierda, realizó propuestas buscando seducir al flanco conservador, destinado a ser el gran perjudicado en estos comicios por el caso "Rasputina".
ELECCIONES PRESIDENCIAL DE COREA DEL SUR
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