El rey Salman bin Abdulaziz al-Saud de Arabia Saudita, aterrizó el miércoles en Indonesia, en lo que es una visita histórica al país, la primera de un jefe de Estado saudita en 47 años. Pero más allá de la importancia diplomática del evento, lo que más llamó la atención fue el tamaño de la comitiva que acompañó al monarca, un verdadero ejército compuesto por funcionarios, miembros de la realeza y agentes de seguridad, todos moviéndose en autos equipados con las mayores medidas de seguridad.
El número total de personas que arribaron junto al rey Salman asciende a 1.500 personas, entre las que se cuentan 25 príncipes, 10 ministros y más de 100 agentes de seguridad. Toda la comitiva llegó a bordo de 6 aviones Boeing y un avión de transporte militar Lockheed C-130 Hercule, que cargaba 506 toneladas de equipaje, dos limusinas Mercedes Benz y dos ascensores eléctricos para el uso personal del rey. Según los diarios indonesios, se necesitaron 572 empleados sólo para manejar y descargar el equipaje de la comitiva.
Este tipo de fastuosidades no son extrañas para los miembros de las diversas comitivas sauditas. Sin embargo, el reino está actualmente bajo restricciones de austeridad determinadas por el gobierno y los gestos oficiales de golpe pueden convertirse en motivo de disgusto para los habitantes sujetos a las medidas domésticas.
FASTUOSIDAD
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