Gracias a su evolución, y en función de los materiales a tratar, a lo largo de los años han surgido diferentes tipos de carpintería, oficio que cuenta con muchos años de antigüedad y el cual consiste en cambiar la forma y el aspecto de algunos materiales para, a partir de ellos, crear herramientas o utensilios que sean funcionales para el ser humano.
La carpintería es, sin duda, uno de los oficios más antiguos y más socialmente relevantes, teniendo una gran importancia dentro de esta y formando parte de ella gracias a la fabricación de una gran cantidad de materiales y utensilios que el ser humano utiliza de forma diaria.
Muchos estudios arqueológicos aseguran que la carpintería ha estado en cada una de las etapas de la humanidad, desde los antiguos mesopotámicos hasta nuestros días.
Carpintería de acero
El empleo del metal en la carpintería ha aportado notables beneficios a la calidad de vida del ser humano, siendo visible en todo lo que le rodea. Los usos más populares son los del acero, más específicamente los del acero inoxidable, dada su propiedad anticorrosiva, la cual evita el desgaste y lo hace más duradero.
La carpintería de acero permite construir materiales, productos y estructuras relativamente ligeras, las cuales, además, son resistentes y fáciles de transportar. Se aplica en elementos que suelen no tener una función estructural, ya que la versatilidad del metal permite elaborar piezas prefabricadas que pueden ser encajables entre ellas, lo cual facilita enormemente el trabajo.
La carpintería de acero es muy empleada en el campo de las industrias, especialmente en la construcción y en la decoración, dadas sus ventajas: larga durabilidad, posibilidad de ser reutilizado y alta resistencia.
En función del tipo de aleación que presentan, se distinguen cinco clases principales de acero inoxidable, las cuales ofrecen diferentes tipos de resistencia al óxido o clases de magnetismo, entre otros: Ferrítico, Martensítico, Austenítico, Dúplex (austenítico-ferrítico) y Precipitación-endurecimiento.
Estos grupos clasifican de forma genérica algunos de los principales tipos de acero, los cuales se encuentran organizados en función de las propiedades y las funciones que puedan desarrollar, disponiendo cada uno de ellos de una nomenclatura que ha de seguir una normativa para su correspondiente uso comercial.
Y es que, la carpintería de acero proporciona una gran cantidad de ventajas que, a continuación, te mencionamos.
El acero es un material mucho más ligero que el resto, y de una gran resistencia respecto a otros materiales. Esto da como resultado las construcciones ligeras, así como la elaboración de productos menos pesados que los fabricados con otro tipo de materiales, lo cual se convierte en una de las principales ventajas de este tipo de carpintería.
Una de las principales características del acero inoxidable es su alta resistencia a la corrosión atmosférica y a la oxidación. También es fuerte frente a la humedad, a las altas temperaturas, a los ambientes por debajo de los 0° y a las variaciones bruscas de temperatura, entre otras muchas condiciones.
Dadas estas propiedades, cabe destacar que el acero obtiene una resistencia mayor que la conseguida por otro tipo de materiales, presentando esto como una de sus principales ventajas dentro de la carpintería de acero.
El acero es un material que puede ser producido con bajo impacto ambiental, sin desperdicios, es reciclable y, más que cualquier otro material, responde a los principios de sostenibilidad y responsabilidad social. Por lo tanto, el acero representa un pilar fundamental dentro de una sociedad sostenible.
Es el “material verde” por excelencia. Y es que, por ejemplo, dentro del sector de la construcción, el acero ofrece una tasa de recuperación real de casi el 100%. Asimismo, el acero es un producto inalterable, totalmente inerte en su relación con el ambiente. La larga vida útil del acero satisface las necesidades de la construcción sostenible, aportando así grandes beneficios dentro de la carpintería.
Las estructuras de acero son, por lo general, más ligeras que las realizadas con otro tipo de materiales, lo cual presenta la sencillez de su transporte como una de sus principales ventajas. Esto se convierte en un factor de gran importancia, ya que supone una gran ayuda de cara a desarrollar un montaje más eficiente para cualquier actividad de carpintería.
Carpintería de aluminio
La carpintería de aluminio engloba, fundamentalmente, aquellos trabajos que se realizan con el uso de perfiles de aleación de aluminio, los cuales se colocan en un premarco de chapa galvanizada.
Este tipo de carpintería destaca por su buena resistencia mecánica, por trabajar un material incombustible, su bajo precio e importantes características como hermeticidad, construcción estandarizada, corrosión electrolítica, variedad de colores y diversidad de formas, entre otras.
Las diferentes propiedades del aluminio hacen que, actualmente, este material se haya convertido en el primero de procedencia no férrica y en el segundo metal más utilizado dentro de la construcción, tan solo por detrás del acero.
Carpintería de madera
Este tipo de carpintería se caracteriza por hacer uso de la madera como material. Y es que, la madera es un material que presenta la posibilidad de ser colocado por vía seca, gracias a los tornillos y los tacos; de premarco, con poliuretano expandido; o por vía húmeda, utilizando grapas metálicas, anclajes y mortero.
Entre las principales características que destacan en este tipo de carpintería de madera se encuentran:
- Es una carpintería trabajada con colores, formas y texturas muy variadas
- Su construcción es completamente artesanal
- Necesitan de constante mantenimiento
- Su precio varía en función a la calidad y diseño de la madera utilizada
- Tiene una excelente hermeticidad.
Carpintería de PVC
Al hablar de carpintería, muchas personas se centran en la madera. Sin embargo, en los últimos tiempos se ha popularizado en gran medida la construcción con PVC. Y es que, este tipo de carpintería es la que comúnmente se utiliza en la fabricación de ventanas, puertas y cerramientos con perfiles de PVC, ya que estos, dadas sus propiedades aislantes, son los ideales para la elaboración, entre otros, de ventanas.
Ahora bien, para que las actividades relacionadas con la carpintería de PVC se realicen de forma correcta y adecuada, es necesario que se cumplan una serie de requisitos: la superficie deberá ser plana, lisa, aplomada y, recomendablemente, cuadrada.
En conclusión, la resistencia estructural del acero es una de sus mejores cartas de presentación, siendo esta mucho más alta de lo que puedan ofrecer otro tipo de materiales. Esto hace que el acero sea entendido como uno de los materiales más elegidos dentro de las obras de construcción o cualquier actividad de carpintería.
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