Intentar que por nuestra casa no pase el tiempo no es fácil. Las tendencias cambian, los colores transforman muebles y las líneas modifican y atan los diseños al pasado, pero siempre hay pequeños trucos que hacen que la decoración perdure sin que nada quede antiguo.
¿Nuevo o heredado?
Según interioristas, esta temporada se apuesta por las líneas puras, los diseños que abandonan curvas sinuosas y se decantan por piezas más atemporales, que bien pueden ser heredadas o bien recién compradas y que suponen un plus en la decoración.
Buscando esos diseños simples, de líneas rectas y esa atmósfera irrepetible con cierto aire “Mad Men”, se presentan colecciones como Malmo, caracterizada por tonos oscuros en una atmósfera blanca para compensar, que se rompe con detalles dorados y plantas que favorecen una combinación muy agradable y ligera.
Aparadores, vitrinas, mesas de centro y dormitorios celebran este minimalismo sofisticado a mitad de camino entre “el Manhattan de mediados de siglo y el estilo funcionalista italiano de los años sesenta”, comentan sus diseñadores.
Todo despejado
Diseños de amplios cajones que permiten tener un comedor despejado y una habitación recogida, sin mucho esfuerzo. Todo ello combinado con espejos ligeros; mejor en circunferencia que cuadrado.
Esta temporada se ven colecciones potentes, con piezas de fabricación natural y acabados de nogal, “lo que les otorga una elegancia sencilla y depurada de formas geométricas”, comentan interioristas para añadir que se trata de una colección “que no pasa de moda”.
Piezas funcionales, con presencia que visten una habitación con cierto sabor “vintage” y una elegancia austera.
Para todo tipo de consumidores
En la misma línea, se puede mencionar como ejemplo la primera colaboración entre la firma Stellar Works junto al diseñador de interiores australiano Tom Fereday. Se trata de una colección que se compone de piezas para el comedor donde una mesa, sillas y butaca crean una atmósfera ligera y que, según palabras del autor, “representa a todo tipo de consumidores independientemente del país que procedan”.
“La colección representa una fusión de culturas que celebra el crecimiento del diseño en la región Asia Pacífico”, comenta la firma desde donde detallan que la elección de materiales naturales ha sido su prioridad, con acabados “táctiles”.
El sofá del salón es de diseño bajo y de madera maciza, una creación fuerte y con mucha personalidad con marco de acero. Las sillas son sencillas, esbeltas, con respaldo de madera para descansar con comodidad la espalda, sobre las que la firma destaca su funcionalidad al tratarse de piezas apilables.
La mesa, redonda, de madera y acero, cuenta con la comodidad de presentar un plato central giratorio, “una manera de fomentar la interacción de los comensales”, indica Crawford.
Espacios amplios
El mobiliario de líneas rectas favorece los espacios amplios y, con esa intención, otras firmas siguen posando la mirada hacia Escandinavia para conseguir estilo y diseño con colecciones como la Jimi, con ligeros toques “vintage”, que hacen de la decoración una opción intemporal.
Su aporte a la decoración viene de la mano de colores suaves y acabados en blanco, además de usar madera clara, una combinación que llena de luz cualquier ambiente para conseguir un aire “tranquilo” y de “paz”.
La colección consta de un conjunto de mesas bajas, una opción que se puede poner por separado o juntas, además incorpora el atractivo de un mueble como el escritorio, que ha pasado de ser desechado en muchos hogares a considerarse un “must have” de cualquier entrada, habitación o rincón del salón.
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