¿Están las construcciones cubiertas de árboles en sintonía con los principios ecológicos y sustentables, o son simplemente una forma de greenwashing? Esta es la pregunta que se plantea Kurt Kohlstedt en su ensayo, Renderings vs. Reality: The Improbable Rise of Tree-Covered Skyscrapers, para 99% Invisible. El autor señala que los diseños con vegetación se originan por múltiples razones: la apariencia de sustentabilidad, mejor aire y puntos de vista o apelar a futuras inversiones, pero la mayoría de estos conceptos nunca dejan el papel o la arquitectura virtual.
Por tantas razones por las que estos edificios se han hecho populares, hay detractores de por qué no se pueden construir, incluyendo obstáculos desalentadores de construcción (hormigón y acero extra), extensos sistemas de riego, mayores complejidades de carga de viento y los árboles mismos que tienen dificultades para adaptarse a sus condiciones de vértigo.
Kohlstedt cita el Bosco Verticale por Boeri Studio como un proyecto "bosque vertical" que en realidad ha sido construido y posteriormente elogiado. El proyecto ha recibido numerosos premios y galardones, incluyendo ser nombrado en 2015 como el Mejor Edificio alto de todo el mundo por el Consejo de Edificios Altos y certificación Hábitat Urbano (CTBUH) y LEED Oro, pero los críticos han observado que la cantidad de recursos necesarios para establecer y mantener los árboles sobrepasan su mérito ecológico.
De las varias conclusiones del artículo, sobresale la nota de Kohlstedt sobre como "una amplia cobertura verde (musgos, suculentas, hierbas y pastos) son más fáciles de aplicar que los intensivos de cobertura verde (tejados o balcones con arbustos y árboles), y que los jardines verticales pueden parecen tener un valor igualitario, pero son condiciones de los parques que benefician a los pocos y no la mayoría".
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