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EXTERIOR

Sentí la experiencia de vivir en la casita del árbol

Una novedosa propuesta arquitectónica basada en la cabaña primitiva, pensada como espacio personal alejado de lo digital.

Remontarnos a la casita en el árbol es trasladarse a la niñez, cuando con poco esfuerzo se llegaba a la copa para armar un refugio identificado con la libertad.
Hoy, existe un movimiento que se identifica con ese espacio y se plasma en casas de recreo, auténticos apartamentos, restaurantes u hoteles lujosos. El denominador común: estar construidas en lo alto.
Según el arquitecto Maximiliano Airaldo, la tendencia responde a la idea de refugio: “el lugar donde nos sentimos protegidos y conectados con nosotros mismos, donde la lluvia no nos moja y nuestros pensamientos son claros; el lugar que nos recuerda quiénes somos”. 

Cómo son
Presenta una composición moderna realizada con detalles en madera y chapas, para proporcionar una estructura liviana, de construcción en seco y de rápida ejecución. Entender la sustentabilidad a partir de construir con materiales reciclables permite comprender que no hay que destruir para construir.
“Su diseño modular posibilita agrupar más de uno para solucionar necesidades complejas. Es bueno pensarlo desde una posible sala de lectura o con juegos didácticos, un espacio reservado para vivir en la naturaleza desde la ciudad. Es apto tanto para grandes como para chicos”, agregan los profesionales.
Consta de un espacio semicubierto en su planta baja para funciones de servicio a su entorno de implantación ya sea como asador, baño o cochera. En planta alta, un habitáculo cubierto que se puede acomodar según nuestras necesidades con un espacio de guardado flexible para diferentes actividades.
Finalmente, sus espacios técnicos están diseñados en su interior para no comprometer la morfología exterior con apliques de nuevas instalaciones.

Precios
Desde $ 70.000.

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