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CENTRO PELOTARIS MERCEDES

El Manco de Teodelina

No tenía estudios básicos, pero compensaba su ignorancia con mucha viveza y picardía. La idea era presentarse ante la estrella local en lugares alejados de Teodelina, con lo cual los apostadores no lo conocían e iban con todo el dinero al jugador del pueblo. 
Seguramente más de uno se llevó una ingrata sorpresa cuando este desconocido destrozaba a su jugador predilecto. Así se fueron gestando infinidad de mitos en torno a su figura. 
Se cuenta que varias veces cansaba a su oponente con la derecha, cuando este no daba más, lo liquidaba con la izquierda. En una ocasión, por insistencia de su padre, desafió al invicto de Colón Cabeza Papaolo. Ante 800 personas el Manco perdía 11-1 e intempestivamente su progenitor ingresó a la cancha gritando “sinvergüenza, arruinaste a todo un pueblo”. “Papá, vea que el partido va por 11 y es a 30”, contestó con tranquilidad su hijo. Ganó 30-23 y ese día recaudó 3.800 pesos.
Esto último ocurrió en 1958 cuando enfrentó junto al Negro Cacho Acevedo, su compañero de ruta, a Armando Olite/Juan Andrade, recientes ganadores del mundial en dobles, que hicieron todo lo posible para evitar enfrentarlo. Finalmente cedieron a la presión. Perdieron 30-27 y la leyenda dice que prácticamente fue Messina contra Olite/Andrade.
Ante semejante talento suelto la Federación Argentina no dudó en llamarlo para la preselección que se estaba preparando para el Mundial. Fue citado al Club Platense en donde enfrentó a los mejores exponentes del país y los superó a todos. 
Terminada la práctica los entrenadores le dijeron que en pocos días le confirmaban si quedaba entre los convocados definitivos. El Manco, un hombre de pocas pulgas, se enojó. “Le gane a todos, de mí qué tienen que evaluar. Veo que esto está reservado para acomodados”, espetó el santafesino. Nunca más se lo volvió a citar y los porteños no quisieron saber más nada con tenerlo cerca.
Murió el 11 de mayo de 2005 sin nada, en silencio y olvidado, aunque jamás se arrepintió de lo que había vivido.
Lo recuerdan por el lugar donde pasó, y precisamente por el Trinquete del Centro Pelotaris Mercedes, también hizo su pasaje.

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