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PANORAMA ECONÓMICO

Entre las dudas y una gran incertidumbre

El año se inicia con una brisa de aliento y expectativas de rebote de la economía.
El despegue no será inmediato pero la opinión unánime entre los especialistas coincide en que el 2017 resultaría un año de crecimiento.
Los más precavidos hablan de 2,5% al 3%, y los más optimistas de hasta 5%. Los motores de este cambio serían el campo, la construcción y la industria automotriz y un mayor consumo, resultado de una mejora en los ingresos por la menor inflación.
De cualquier manera, las incertidumbres locales e internacionales seguirán a la orden del día.
El viernes próximo asume Donald Trump en Washington, y el mundo comenzará a visualizar si los cambios prometidos a nivel comercial y político abrirán, o no, una etapa de fuerte proteccionismo y de qué manera podrían impactar en la región y la Argentina.

Brasil
Brasil, el principal socio del país también está en medio de una difícil transición. Las esperanzas de que abandone la recesión han subido con la decisión del Banco Central brasileño de bajar las tasas de interés, pero subsisten muchas dudas políticas que el presidente Michel Temer no ha logrado superar.
La economía de Brasil, a pesar de todo, crecería entre 1% y 2%. Suficiente como para entonar las ventas argentinas a ese mercado que han comenzado a recuperarse en los últimos meses del 2016.
La elección legislativa de octubre próximo es el mayor interrogante local. Y no solo respecto a la posibilidad de que el oficialismo alcance un resultado favorable, sino también por la manera que podría afectar algunas promesas de cambios económicos.
El primero y más inmediato es el resultado fiscal, con que el presidente Mauricio Macri y el ministro Nicolás Dujovne se han comprometido en bajarlo a niveles más sostenibles.
Pero están los proyectos de reforma impositiva y de coparticipación de impuestos, mucho más ambiciosos y claves para el largo plazo.
¿Es factible que avancen en este año electoral estas iniciativas?

Impuestos
Bajar impuestos, en particular los que gravan el costo laboral, y redistribuir ingresos entre las provincias.
La reforma de coparticipación está pendiente desde la última reforma constitucional, hace ya más de 20 años. Y los anuncios de bajar tributos vienen y van desde hace décadas, con resultado exactamente inverso.
No parece una dificultad de este gobierno sino de casi toda la dirigencia política.
Volviendo a las expectativas para este año, la industria automotriz tendría una recuperación de entre 8% a 9% luego de una caída de la producción de alrededor del 10% el año pasado.
La mejora vendría de la mano de lo que ocurra en Brasil, pero también locamente. Las ventas internas estarían 7% arriba y las exportaciones hasta 15%, según distintas estimaciones de las terminales.
La construcción, que en el 2016 cayó casi 15% con pérdida de empleo, también imagina una mejora del orden del 10%.
El año pasado la obra pública estuvo prácticamente paralizada, de manera que la reanudación de los proyectos de infraestructura y de obras privadas, apoyadas en la aparición de un poco más de financiamiento, cambiaría la tendencia.
En cuanto al campo, la campaña llegaría a 120 millones de tonelada, lo cual significa un mayor gasto en maquinaria agrícola, vehículos y toda la industria vinculada.
Un último dato es el de la inflación, que en diciembre fue de 1,2%. Esto alienta la chance de que los precios se estabilicen alrededor del 20% anual, un paso sustancial que ayudaría a levantar el consumo.

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