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PREVENCIÓN

Consejos para que los asmáticos no tengan trastornos en vacaciones

Es básico continuar los tratamientos.

Es una creencia muy generalizada en la población que “el asma no ataca en verano”. Esto provoca que muchos pacientes suspendan la medicación durante los meses de mayor calor, para “descansar del tratamiento”. Pero una recaída puede perjudicar los beneficios alcanzados sobre la inflamación bronquial y poner al paciente en riesgo, Según señala el Dr. Sebastián Wustten, especialista de la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria.
“Es muy importante aclarar que, si bien el asma, como muchas otras enfermedades respiratorias, tiene más frecuentemente sus crisis y complicaciones en el período invernal o frío, es una enfermedad crónica y por lo tanto no podemos poner plazos o periodos en su tratamiento. El objetivo que se persigue con el tratamiento es conseguir un buen control del asma, evitando los síntomas y las crisis con los menores efectos secundarios y con la menor dosis de medicación posibles”, indicó el experto.
Para el Dr. Sebastián Wustten, la ausencia de síntomas no es equivalente a “ausencia de asma” ya que “la inflamación y la hiperreactividad bronquial subclínica siguen presentes a pesar de que los pacientes no sientan nada. La suspensión del tratamiento de control o preventivo aumenta los riesgos de presentar crisis asmática si las condiciones ambientales cambian repentinamente o el paciente se ve expuesto a un factor desencadenante. No debemos olvidar que hay muchos factores disparadores de crisis asmática que son independientes de las condiciones climáticas. Estos disparadores son sustancias que actúan como irritantes respiratorios como por ejemplo gases, humo de tabaco, polución ambiental”.

Recomendaciones
El Dr. Wustten considera que “es fundamental que el paciente asmático no tome decisiones solo y siga las indicaciones de su médico neumonólogo. Seguramente hay quienes podrán reducir la medicación, pero hay otros que deberán continuar con igual esquema de tratamiento. El clima de verano es más propicio para los asmáticos, pero de ninguna manera significa que el asma no ataca en verano y de ningún modo justifica la suspensión del control y tratamiento”.
Aconsejó “evitar desencadenantes que pueden ser más comunes en verano, por ejemplo: cambios bruscos de temperatura por aires acondicionados, cloro de los natatorios; aprovechar para realizar actividad física. Dado que las condiciones ambientales son más favorables en este momento del año, el paciente puede realizar y practicar deportes al aire libre. Si el asma está bien controlada es improbable que el ejercicio desencadene broncoespasmo. En caso de que sucediera, se puede utilizar previamente un broncodilatador, pero se recomienda consultar a su neumonólogo antes de hacerlo”.
“Para los que viajan, es clave llevar la medicación e indicaciones médicas correspondientes; continuar el tratamiento médico indicado. Debe continuar la medicación controladora (corticoides inhalados) y tener disponible medicación aliviadora (broncodilatadores) de rescate”, recalcó el Dr. Wustten.

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