None
MIEMBRO DE LA CÁMARA DE APELACIONES DE LO CIVIL Y COMERCIAL EN JUNÍN

Juan José Guardiola: “Un buen juez hace justicia hasta con malas leyes”

Hizo su carrera judicial en Lomas de Zamora, después ejerció la profesión de manera particular, y hace casi 15 años es camarista en nuestra ciudad. Además, es docente universitario. Dice que el objetivo de su trabajo es “traer paz”.

Ya desde muy chico, en su Banfield natal, el doctor Juan José Guardiola soñaba con seguir la carrera de Derecho, una inclinación que seguramente le venía por tradición familiar, dado que su abuelo era abogado y notario. Tradición que cortó su padre, pero retomó él al seguir su vocación.
Hizo toda su escolaridad en el Colegio Manuel Belgrano de Temperley, un establecimiento corazonista del sur del Gran Buenos Aires.
Egresó del secundario en 1976, una época en que estuvo cerrada la Facultad de Derecho de la UBA, por lo que resolvió seguir sus estudios de grado en la Universidad Católica Argentina. Para poder hacerlo, salió a trabajar: primero estuvo seis meses dedicado a la venta domiciliaria de electrodomésticos, hasta que lo convocaron para ser meritorio en el poder judicial, a instancias del doctor James Little, un juez de primera instancia que había sido su profesor de Instrucción Cívica en la secundaria.

Carrera judicial
Comenzó su carrera judicial como meritorio en el Departamento Judicial de Lomas de Zamora y al poco tiempo se produjo una vacante y fue nombrado en el Juzgado Civil y Comercial N° 2, donde empezó como oficial segundo.
De esta manera, haciendo la carrera judicial, con eso se pudo pagar los estudios y se recibió con diploma de honor.
“A veces hay que creer en el destino”, afirma Guardiola, para luego añadir: “En ese momento se produce una vacante de secretario en el Juzgado Civil y Comercial N° 8, del doctor Manuel Allo, y ahí me incorporé”.
Se desempeñó como secretario durante dos años y en 1986 decidió dejar el poder judicial y dedicarse al ejercicio de su profesión de manera privada.

Ejercicio de la profesión
Empezó a trabajar para un agente de seguros.
En ese entonces Guardiola ya era, además, docente de Derechos Reales en la Universidad de Lomas y en la Católica.
También tuvo su estudio en Capital. Ejerció la profesión durante 16 años, siempre en la rama civil y comercial, y dedicado, más específicamente, a casos que correspondían al área de Reales: “Lo que más hacía eran casos vinculados con problemas de propiedad horizontal, de servidumbre, de reivindicaciones escrituraciones, y demás”.
Además, ejerció la función pública en la Secretaría de Asuntos Registrales (ver recuadro) y fue asesor del Teatro General San Martín.

Camarista y docente
Guardiola asevera que aun cuando se fue a la actividad privada, “siempre había pensado en regresar al poder judicial”. De esta manera, se presentó en varias ternas para cubrir cargos de camarista y finalmente en 2002 fue designado en la Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial de Junín.
“Tuve el orgullo de tener un tribunal con dos colegas extraordinarios: los doctores Bartolomé Brignardello y Gustavo Rosas, con quienes formamos un tribunal en el que éramos verdaderamente amigos, con visiones jurídicas diferentes en algunos casos, pero con diálogo y mucho respeto”, comenta Guardiola.
Asimismo, también tiene palabras de consideración y estima para su actual compañero en la Cámara, el doctor Ricardo Castro Durán, a quienes se les sumará en los próximos días el ya designado doctor Gastón Volta.
En todo este tiempo, Guardiola también se desempeñó como docente: dio clases en las universidades San Juan Bosco de Trelew, Católica Argentina y Católica de Salta; y aún es profesor en la de Lomas de Zamora y en la Unnoba.

El derecho
Guardiola señala que le gusta el derecho civil y comercial “porque es el que trata los problemas concretos de la gente”, y profundiza: “El Código Civil es el tronco de todo el derecho, es la rama madre. En el ‘corpus iuris civilis’ de Justiniano estaba todo. Y también creo que es donde uno se siente más útil, los resultados concretos se ven más claramente en el área civil y comercial”.
Para este magistrado, “la función del juez es la de evitar el conflicto, evitar la justicia por mano propia, y dar una solución con lo que corresponde a cada uno”.
En ese marco, destaca que la suya es una actividad a la que le dedica mucho tiempo. “Uno, como juez, tiene que mantener una prudente distancia de lo que sucede alrededor –sostiene–, uno no es juez solamente un rato, lo es todo el día”.
Y desde su punto de vista, el objetivo de su trabajo es la paz: “Por ejemplo, vamos al tema del corralito, ¿quién le dio la solución final al tema? No fue la política, la justicia fue la que pudo, finalmente, encauzarlo. Uno puede operar, hacer algo concreto, para lo cual se vale del derecho para alcanzar la justicia. Y donde hay justicia, necesariamente tiene que haber verdad, una verdad jurídica que apunta a la verdad material. Y todo esto tiene que traer paz, no solamente para los justiciables, sino para nosotros como jueces y para la sociedad. Un buen juez hace justicia hasta con malas leyes, y un mal juez, aún con buenas leyes, no hace justicia”.

COMENTARIOS