La falta de enfermeros es un problema mundial que tiene en Junín su versión más cercana y fiel. Lo que más inquieta es que, año a año, la brecha entre el personal que debería estar en funciones si el panorama fuera el ideal y lo que muestra la realidad crece sin cesar en los centros asistenciales de esta ciudad.
Al día de hoy, las clínicas y sanatorios locales requieren el ingreso de un total no menor a los 120 trabajadores de la especialidad, cifra que ni por asomo puede ofrecerles el mercado según afirmó el secretario general del gremio de la sanidad a nivel local, Héctor Azil.
Por el lado de la salud pública, la situación no es muy distinta. Marcelo Lerda, director de la Región Sanitaria III, señaló que en el Hospital Interzonal Abraham Piñeyro sería necesario contar con un mínimo de cincuenta nuevos enfermeros. Y sumó otro interrogante al asunto: ¿qué pasará si aquellos que tienen 50 años o más deciden jubilarse, cosa que pueden hacer a esa edad –y con 25 años de servicio- a partir de 2018?
Azil afirmó que en esta ciudad el déficit en enfermería data de mucho años y explicó: “Ya el año pasado lanzamos la carrera de auxiliar de enfermería con el Ministerio de Salud, con inversión y cobertura de gastos a cargo del sindicato, porque veíamos que existía una demanda muy importante de enfermeros, un gran faltante de personal. De hecho viene a trabajar gente de toda la zona y así y todo no alcanza; por el contrario, vemos que se está produciendo un desgaste muy importante en la gente que se encuentra en actividad. Tienen que hacer dobles turnos, están sobrecargados de tareas y demás”. El titular de ATSA comentó a continuación que este año la intención era empezar en marzo con la carrera de auxiliar de enfermería, porque el convenio firmado en 2015 con el ministerio era por dos años. “Pero el cambio político trajo variantes en la estructura del ministerio, nos demoraron y la carrera de auxiliar ya no la podemos hacer. Por eso arrancamos con la tecnicatura, que es lo que mañana (por hoy) vamos a estar comenzando. Hubo más de 160 inscriptos pero hicimos una preselección de ochenta trabajadores, de los cuales después quedarán sesenta”, señaló.
Pocas manos para mucho trabajo
Azil consideró que es bueno que se trabaje en la preparación del personal porque todos somos potenciales pacientes y más allá de la importancia del médico, que es quien prescribe, durante las 24 horas quien está internado se encuentra bajo la atención del enfermero.
“El crecimiento que ha tenido Junín como centro de referencia y de derivación de enfermos que llegan de todo el noroeste bonaerense, del sur de Santa Fe y del sureste de La Pampa, no fue de la mano con la formación de personal”, expresó.
Al respecto agregó que para estar equilibrados y poder cumplir con todos los requisitos se necesitan entre cien y ciento veinte auxiliares o personal de enfermería profesional.
“Se dice que lo ideal sería que hubiera tres enfermeras por cada médico y hoy en día hay dos médicos por cada enfermera. En todo el país venimos con estadísticas muy desfavorables y creo que va a llevar mucho tiempo revertirlas”, observó Azil.
En el sector público
Por su parte, Marcelo Lerda puntualizó que en el hospital juninense hay una disponibilidad para 198 enfermeros y marcó que actualmente hacen falta “unos cincuenta”.
No obstante, alertó que el hueco puede agrandarse mucho más si quienes están activos deciden acogerse al modelo de jubilación que entrará en vigencia en 2018. Un decreto firmado por el anterior gobierno provincial reconoce la insalubridad por “agotamiento prematuro” a la tarea que realizan enfermeros, camilleros y otros agentes que cumplen funciones en los establecimientos asistenciales.
Actualmente estos agentes se retiran con 60 años de edad y 35 de aportes. La disposición fue firmada por Daniel Scioli y el exministro de Salud, Alejandro Collia. Según se estima, beneficiará a unos 25.000 trabajadores hospitalarios.
“Los trabajadores que se desempeñan en los distintos agrupamientos técnico, servicio, obrero, administrativo y profesional de la ley 10.430, resultan pasibles de agotamiento prematuro por encontrarse expuestos a riesgos psicosociales que podrían producir daños específicos en la salud”, consigna el decreto.
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