Sarmiento le ganó a Colón y afianza su recuperación

Tenía que ganar y ganó. Anoche, en el Estadio “Eva Perón”, Sarmiento cumplió con su gente. El equipo de Ricardo Caruso Lombardi venció 1-0 a Colón de Santa Fe y de esa forma afianzó su recuperación y renovó sus ilusiones de seguir jugando en Primera.
Desde que el árbitro Fernando Espinoza marcó el inicio del partido, el local mostró más actitud. Bajo el esquema preferido de Caruso, el 4-4-2, el Verde presionó a Colón en su cancha con la intención de molestarlo, de no dejarlo jugar y, en lo posible, de quitarle la pelota.
Caruso tuvo una gran lectura del partido. El DT del Verde sabía muy bien que los equipos de Dario Franco se caracterizan por intentar jugar con el balón por el piso. Y este Colón no es la excepción. El Sabalero se plantó en el “Eva Perón” con su clásico 4-3-3; con el “Polaco” Bastía bien de cinco; con Víctor Figueroa de ocho; y con Pablo Ledesma por la banda izquierda. Arriba, Sperduti y Lagos jugaron por afuera y Vegetti se paró como nueve de área.
Los defensores de Colón no estaban autorizados a reventarla. Pero lo tuvieron que hacer por la constante presión que impuso Sarmiento. Fornari y Álvarez fueron los primeros en salir a marcar y a obligar el error. En el mediocampo, Depetris, Pereira, Busse y Caire se agruparon bien y no dejaron que Colón desarrolle su idea de juego. Obstaculizado el circuito del Sabalero, al Verde se le hizo más fácil recuperar el balón.
A los doce minutos de juego, Trípodi saca del arco y la pelota parecía controlada por Figueroa. El balón quedó en el aire y Caire, rápido y furioso, aprovechó e impuso su cuerpo y se la robó. Rápidamente, Caire entregó para Bussi y Bussi se la dio a Fornari para que se convierta en rayo. El delantero del Verde encendió su velocidad, pasó a dos defensores (Luis Castillo y Germán Conti) y cuando estaba por llegar al fondo y parecía que tiraría el centro, le dio con la parte interna al arco. Broun atajó pero el rebote le pegó a Barsotini y se metió en el arco de Colón. Fue gol de Sarmiento, con ayudita del defensor pero valió igual.   
El Verde ya había mostrado sus cartas, pero la visita no modificó nada. El Sabalero intentó seguir jugando igual. Pero sólo lo intento, porque su rival nunca lo dejó.
La llegada más peligrosa de Colón se produjo a los 18 minutos de juego, cuando Bastía pateó desde unos cuarenta metros. La pelota tenía destino de gol, pero Trípodi voló, la cacheteó del ángulo y mantuvo el cero en su arco.
El resultado era justo. El equipo de Caruso controló las acciones. Presionó arriba, recuperó y buscó desequilibrar con la velocidad de Fornari, que esa altura ya se perfilaba como la figura del partido. El pibe que lleva la 17 en su espalda la volvió a romper. Fue un alivio para sus compañeros y un dolor de cabeza para los defensores del Sabalero.
Antes de finalizar la primera etapa, la impotencia de Colón iba a quedar refleja en la cancha con la expulsión de Pablo Ledesma. El árbitro cobró una mano clara y el volante reaccionó mal, se fue de boca y vio la roja.

El complemento
De movida y para reorganizar la mitad de la cancha, Franco sacó al defensor Lucas Castillo y metió al volante Pablo Cuevas. Colón se iba a defender con tres; y en el medio, Bastía seguiría de cinco con Cuevas de ocho y Figueroa pasando a la izquierda.
Caruso miró de reojo el cambio y pensó. A medida que pasaban los minutos, se dio cuenta que Caire se estaba quedando sin oxigeno. Es que el volante había corrido mucho y su desgaste estaba generando el adelantamiento de Colón por esa zona.
No pasaron veinte cuando Caruso introdujo a Kevin Mercado. Caire se fue aplaudido. El cambio cayó bien en el equipo, porque el morocho ecuatoriano tuvo la exposición que se necesitaba.
Colón siguió intentando y fallando. Sarmiento, presionando y estorbando. La escena se repitió mil veces, los jugadores del Sabalero la perdían y Franco miraba el cielo, como buscando consuelo. No había caso, no era una buena noche para sus dirigidos.
En cambio a Sarmiento le salían todas. El equipo estaba concentrado. Jugó cada minuto como si fuera una final. Los cambios que siguieron también cayeron bien. Juan Ignacio López ingresó por Fornari que se fue ovacionado. Y Nicolás Sánchez entró por Álvarez, que también fue premiado con aplauso por su gran partido.
López y Sánchez le dieron más aire al equipo. Tuvieron el balón, hicieron jugar a sus compañeros y pusieron el partido en el freezer. Sobre el cierre, Mercado quedó mano a mano con Broun y casi estira la diferencia.
Finalmente el árbitro marcó el final del partido. Los jugadores levantaron sus manos y corrieron para abrazarse. En las tribunas, el grito fue uno sólo: “Sarmiento es de primera y de primera no se va”.
Por convicción y entrega, el resultado fue justo. El Verde ganó después de nueve fechas, ratificó su recuperación y renovó sus esperanzas para seguir luchando por quedarse en primera.

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